domingo, 7 de noviembre de 2010

AMOR PROPIO

Es muy importante que aprendamos a querernos primero. Luego podremos amar a los demás en forma incondicional.

Siempre me he preguntado: si yo no me quiero, ¿cómo puedo querer? Aprendí, como todos, que tenemos que amar al prójimo como a nosotros mismos, y a pesar de mis esfuerzos, nunca lo lograba. Y descubrí que, en la base de todas mis adicciones, sufrimientos y dramas, estaba eso: yo no sabía quererme.


Y esta falta de amor a uno mismo es la base de las adicciones. Está en el fondo de todos los hábitos autodestructivos, de las depresiones y las demás formas de demostrarnos que hay algo con nosotros mismos que está mal.

Hemos aprendido muchas cosas en la vida: aprendimos a realizar tareas, a representar roles, a cumplir las expectativas que la sociedad tiene sobre nosotros, aprendimos una profesión para competir en el mundo, aprendimos las reglas del juego. Pero estas reglas van cambiando, y nosotros tratamos de seguirlas, aunque quedemos exhaustos en el intento. Lo que la mayoría de nosotros nunca aprendió es a quererse, a apreciarse, a ser incondicional con uno mismo frente a toda situación.


Siempre esperamos que el amor y la incondicionalidad vengan de fuera: de la familia, de la pareja, de los amigos, etc. Pero, ¿y nosotros? Muchas veces somos nuestro peor enemigo.

Es muy importante que aprendamos a querernos primero. Luego podremos amar a los demás en forma incondicional. Muy a menudo nos perdemos en querer a los otros: amamos y damos tanto, que nos abandonamos.

Entonces, tenemos que encontrar un balance entre lo que se hace y lo que se siente. Yo sé que a muchos nos enseñaron que quererse a uno mismo es ser egoísta, pero eso no es más que una idea, una creencia que nos aleja de nuestro centro interno, que nos impide decirnos "sí", y nos lleva a sentir que valemos tan poco que nos tiene mendigando un poquito de cariño, o que nos lleva a anestesiarnos con tanta sustancia para no sentir.

Imaginá que tal vez es la inseguridad que sentís fuera la que te lleva a consumir drogas o alcohol, para sentirte más seguro o no sentir el miedo, aunque sea en el momento que socializás. O el comer en exceso para no sentirte fuera de lugar. O si no tenés una adicción de consumo, tal vez caés en la depresión que te impide moverte, por mencionar algunas variantes. ¡Hay tantas cosas diferentes que pueden suceder!

Tenemos que encontrar ese amor internamente, y luego estaremos siempre conectados con una fuente inacabable de amor incondicional para dar y compartir sin límites, sin esperar recibir.

Tal vez te preguntás : ¿Cómo aprendo a quererme? ¿Qué hago? Y te voy a responder qué no hacer:

- Cuando observés que la atención se va a todo lo externo y que empezás a acelerarte, ansiosa, asustada, pará. Andá hacia adentro y sentí el corazón. Si ya practicás mis facetas, usá una, estate muy presente, y cuando te sientas serena de nuevo, seguís con lo que estabas.
- Cuando veas que tu cabeza empieza a pasar las películas de lo que dijiste, o hiciste, o no hiciste, o habría, o tendría .... PARÁ..... y lo mismo.

El tema es no perderte en lo que estás haciendo o lo que tu cabeza te está diciendo: tu verdad es mucho más profunda y está dentro tuyo. Hay que empezar a ejercitar ese músculo de atención interna, y así lo comenzás a sentir.

POR:DIARIO LOS ANDES.

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