jueves, 4 de noviembre de 2010

DOS PAPAS O DOS MAMAS. UNA FAMILIA DIFERENTE NACE

TIEMPOS DE CAMBIOS. A ESTAR PREPARADOS........

El barrio, la escuela, los compañeritos, las maestras o las comunidades religiosas: ¿están conscientes de los cambios que se vienen? Una familia diferente nace.


En la sociedad han coexistido desde siempre modelos diferentes de familia: la familia ensamblada, la monoparental, la familia de hermanos, la de núcleos convivientes. Pero, ahora, con la sanción de la nueva ley de matrimonio igualitario surge una modalidad de familia que traerá con ella fuertes cambios, y que genera ciertos temores y prejuicios: la que tiene dos miembros del mismo sexo.

¿Estamos preparados para encontrar parejas de varones o de chicas, tomadas de la mano, en un paseo por el parque; o, incluso, en el patio de la escuela?

“Aunque parezca que desde siempre fue así, la familia tal como la conocemos hoy, compuesta por mamá, papá e hijos, surge a fines del siglo XVII o principios del siglo XVIII, con la idea de amor romántico, de domesticidad y de amor materno. Eso que damos por dado, por biológico, por instintivo, es una creación cultural”, puntualiza la psicoterapeuta familiar María Beatriz Sabah.

Para la profesional lo que se discute actualmente es una visión que viene desde lo religioso, con el matrimonio sacramental, que tiene que ver con la unión de un hombre y una mujer, y ese esquema como imprescindible para el desarrollo del niño.

“El derecho ha ido acompañando este proceso de laicización de la ley. Antes, el derecho canónico, incluía todo el derecho de la parte civil, pero poco a poco esto se va diluyendo en nuestra comunidad, entonces surge la primera ley de matrimonio civil como gran distinción, en ese entonces se observó una gran disputa social como se vio ahora. No están superadas estas visiones, pero se va avanzando en este proceso de distinción, y la necesidad de la organización social más allá de lo religioso”, señala Elsa Beatriz Madrazo, Juez de Paz de La Consulta.

“Durante su primera infancia, un niño que es criado en un modelo de familia diferente, verá como normal ese núcleo. No es que él esté buscando una mamá o un papá, él disfruta de la persona que le da a amor y que lo cuida. Puede ser que el pequeño sufra un golpe o una situación de choque cuando ingrese en el colegio, cuando las normas sociales estén sancionando los modelos diversos de familia; o sea a través de los compañeros, de la directora o de la maestra, puede llegarle una visión de sanción hacia su propia esencia familiar. Si el chico crece, y recibe amor, crecerá bien en ese núcleo”, explica Sabah.

La psicología entiende que, para crecer, el niño necesita cuatro componentes fundamentales: normas, límites, nutrición y amor. “Generalmente en el modelo convencional de familia, el que aporta las normas y los límites es el padre, porque es el que viene de la calle, el que está más unido al mundo público; y la que aporta contención, nutrición y afecto sería la madre. Pero esto no es aplicable para todos. Estas funciones pueden estar de acuerdo con el sexo o no”, indica la especialista.

Formación y educación

Desde la Dirección General de Escuelas el subsecretario de Educación José Rivas, afirma que desde la sanción de la ley no han cambiado su estrategia. Ya desde principios de este año se pusieron en marcha cursos de educación sexual para alumnos desde séptimo año en adelante, tanto como para sus padres. “Desde un principio nosotros contenemos al alumno, independientemente de su origen. La educación se centra en la igualdad de oportunidades.

Cada alumno tiene un tutor que es el que se hace responsable; en algunos casos son los tíos, los abuelos, u otros: hay situaciones diversas. Nosotros no hacemos diferencia con respecto al contexto del niño”.

Destacó también que las escuelas religiosas o confesionales son privadas y son sus directivos los que determinan la forma de llevar a cabo la enseñanza, siguiendo las líneas generales de educación.

Según su experiencia en la Escuela Quintana, su vice directora Nélida Argüello, relata que todavía no se ha presentado ningún caso en las aulas de chicos que tengan dos padres del mismo sexo, y que es un tema que no se ha hablado en Supervisión.

“En la institución estamos acostumbrados a los distintos tipos de familias y a la nueva ley hay que aceptarla. Somos una escuela de gestión estatal, no se tiene en cuenta la religión: somos todos iguales. Como docentes les inculcamos a los chicos valores, principios; y si surgiera algún caso, lo trataríamos en el marco del respeto. Hay que respetar la elección de cada uno”.

Reconoce que es un tema muy reciente y no se tienen en cuenta planes de acción todavía. “A partir de las circunstancias se va a ir actuando”.

Una nueva realidad que llegó para quedarse

“La sociedad siempre tuvo miedo a los cambios, cuando salió la ley de divorcio todos decían: ‘se va a llenar de divorcios, van a haber miles en los juzgados, se acabó la familia’.Y ésta sobrevive a la ley de divorcio, y a todas las otras leyes. Sobrevive en el sentido de que se va transformando”, apunta Beatriz Sabah.

Desde su perspectiva, a los niños hay que explicarles en la medida justa: “Hay que hablar de identidad sexual, de rol de género, de elección de objeto y poder discutir que algunas personas eligen un objeto del otro sexo o del mismo sexo -y agrega-. No quiere decir que a los chicos haya que decirles todo, pero frente a ciertas situaciones que traen lo diferente en el colegio, la maestra tiene que poder hablar de eso”.

También es fundamental, y necesario, que los padres puedan sentarse con sus hijos y hablar de ello. “El conflicto que genera este nueva ley tiene que ser mirado desde una perspectiva más positiva, como la posibilidad de crecimiento, de cambio, de una sociedad más adulta. Tenemos que encararlo de esa forma, porque conflictos van a haber y hay que educarnos a partir de ellos”, señaló la experta en derecho Beatriz Madrazo.



Tres etapas del desarrollo de la sociedad

En un cambio cultural intervienen tres niveles: un nivel más básico que se genera a partir de una ley, como en este caso, que trae un cambio rotundo, una normativa y hay que respetarla.

Un segundo nivel es crear las estructuras institucionales propicias para garantizar lo que dice esa ley.

Y por último un tercer nivel, más elevado, más sutil, y es el que lleva más tiempo porque es el más complejo. Es este cambio de las pautas culturales, de los supuestos internos de cada uno y requiere de una evolución muy compleja.

La sanción de la ley viene a marcar un hito importante en este proceso de cambio.

Un tópico ya presente

Para la psicóloga Beatriz Sabah esto no es un tema nuevo para los chicos. “Ellos lo saben, lo dicen y lo instrumentan; por lo tanto, es un maestro o el adulto presente el que tiene que tomarlo y explicarlo: poder charlar de eso. No es que le vas a ir a contar una cosa que los niños desconocen, esto también es algo que se niega”.

Con respecto a la presencia de homosexuales en la televisión expresa: “Depende del barniz de caricatura y burla, o banalización, que tengan esos fenómenos. A veces la televisión los pone como que son maravillosos y que son los mejores artistas, o se ríe de ellos. Me parece que cualquiera de esos dos extremos no es bueno para nadie, tampoco para las personas que tienen una orientación sexual distinta, siempre habrá programas o canales que traten más seriamente las cosas”.



La cuarta generación

Desde el derecho se va asistiendo cada vez más a procesos que permiten reconocer las diferencias y la necesidad de reflejar la garantía desde los derechos por lo distinto. Esto es lo que se llama en una visión evolutiva, los derechos de cuarta generación hablan de un reconocimiento hacia esas disimilitudes.

Según la doctora Madrazo esto en Europa está bastante más avanzado: “La evolución social consta de procesos, no de comportamientos estancos, y estos derechos de cuarta generación están empezando a manifestarse. Son propios de sociedades democráticas, participativas, donde no hay un modelo homogéneo, entonces se da esta posibilidad de la pluralidad”

Confusión de conceptos

Está probado desde la psicología que los padres no inciden en la elección sexual de objeto en el niño, si hay padres homosexuales no necesariamente el hijo va a tener una elección homosexual.

Tanto en hogares homosexuales como heterosexuales puede haber problemas graves, y no graves. Lo que se confunde es la unión de la homosexualidad con la perversión.

Carla Romanello - Especial para Eestilo. DIARIO LOS ANDES

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