sábado, 22 de enero de 2011

SACERDOTE CENSURO EN NOMBRE DE LA SOCIEDAD.

Censura, acusaciones, falta de respeto y burlas, todas las agresiones desde la misma persona, un sacerdote de costumbres medievales que intenta, con simpatía y risa nerviosa, "tirarnos a todos de las orejas" para educarnos.


“Lo de los músicos es diez mil veces más grave que el abuso de menores”, todavía las palabras del cura Jorge “Pato” Gómez retumban en miles de oídos mendocinos, todavía muchos no las tragan, menos aún las digieren. Sin que valga la comparación, este sacerdote, de costumbres medievales, formado con las costumbres del Verbo Encarnado, cree estar capacitado para “retar” a quien no piense como él, así lo hizo en pleno festejo del Chivo en Malargüe y ayer al aire por radio Viñas de General Alvear cuando dijo “me gustaría tirarle la oreja a Les Luthiers que influyen en estos pobres pibes (en referencia al Coral Lutheriano). Minutos antes el sacerdote había dicho, “estamos en la ola, estamos en la ola. Estaba sentadito escuchando el relato de este grupo, cuando veo el hábito franciscano paré la oreja, se reían de la virgen, estaban tomando el pelo, quizás en Buenos Aires, en las grandes capitales se ríen de todo eso porque como ya no saben ni lo que es bueno, pero acá en el interior todavía tenemos noción de lo que es bueno y lo que vale...


La noticia la dio a conocer MDZ la semana pasada y rápidamente fue replicada en Mendoza, y luego en la Nación.

Muchos calificaron el accinar de Gómez como una censura, la sociedad se hizo escuchar y dijo cosas como:

Antonio Ginart, periodista, locutor y actual Director de Cultura de Tunuyán dijo:

“Sí, creo que fue censura. Según pude leer: censura, proviene de la palabra latina censor, el trabajo de dos romanos , cuyo deber consistía en supervisar el comportamiento del público y la moral, por lo tanto, censuraban la forma de actuar. Por lo que creo que el sacerdote tal vez sea una reencarnación de estos patéticos personajes de la antigüedad clásica. El padre nunca entendió que el espectáculo era solamente una "representación", una "ficción" que puede ser o no un reflejo de la cruda realidad que a veces nos sorprende con terribles noticias que hablan de todos incluso de los curas; hombres de carne y hueso igual que cualquiera de nosotros”.


Lila Levinson, locutora mendocina dijo:

"La censura en este acontecimiento fue basada en creer y ver en un acto artístico una falta de respeto hacia los sacerdotes o sacerdote (en este caso).
“La censura define un atraso en nuestra cultura en todos los órdenes. Si algo no nos gusta se debe manifestar con otra actitud, además una sola opinión de quién “majestuosamente” paró un espectáculo demostró que le sobró poder. Si hubo gente molesta, seguramente podría manifestarlo de otra forma y en todo su derecho. Asombrada vi el video en el que impulsado por sus sentimientos el protagonista se abalanzó hacia el escenario. ¿Qué clase de persona obra de esa manera sin reflexionar? ¿Cómo puede opinar que esta “falta de respeto” es peor que una violación? Se erizaron mis cabellos y mi corazón cuando escuché sus palabras”.
“Conozco muchos clérigos maravillosos que da gusto oír su palabra centrada, reflexiva, con verdadera vocación y servicio por los demás vibrando de emoción por la fe y divirtiéndose cuando se hacen chanzas hacia ellos. Este acto individual contradice lo que el Papa está promulgando. Diariamente vemos en televisión programas que son verdaderas apologías a la prostitución y a otros temas aberrantes, que son emitidos a toda hora y en casi todas las presentaciones. Un adulto puede elegir, pero un niño o un joven tienen que “tragarse” estas transmisiones “censurables”, sin embargo, desde hace mucho tiempo, no observé a nadie que los reprima. Sólo escucho al respecto las voces de padres que racionalmente no permiten que sus pequeños los vean”.

Alberto Montbrun, político mendocino dijo:

“Considero evidente que es un caso de censura pero sobre todo me parece una grosera falta de educación. ¿Por qué? Porque ninguna persona educada tiene derecho alguno a privar a otras personas de disfrutar un espectáculo para el que han pagado libremente la entrada y decidido ir. Nadie, por más enviado de Dios que se crea, puede tratar a seres adultos como si no lo fueran, imponiendo qué se ve y qué no se ve, eso tiene un sólo nombre: fascismo, me parece. Además considero que puede ser un delito contra la libertad de expresión. Este curita patético tendría que leer a "Don Camilo", de Giovanni Guareschi, para aprender que el cristianismo es amor y tolerancia, o a Marechal que en "Megafón o la guerra" proclamaba que el primer deber del cristiano es entender al otro en tanto que otro”.

Marcelo Lacerna, artista mendocino dijo:

“Es un acto aberrante de censura. Si no le gustaba podía retirarse, me quedé anonadado con la noticia porque en estos tiempos -si bien hay muchos que piensan como el cura y morirían por hacerlo- es raro que alguien se anime a algo así, pero evidentemente en Malargüe hay algo cultural en la población que se lo permite con toda impunidad, y esto es lo más jodido de la cosa, evidentemente este cura tiene mucha incidencia en la comunidad malagüina y parece que con el gobierno municipal también, porque sino el municipio debería haberlo desacreditado, porque le faltó el respeto al intendente, que si fue elegido por el pueblo de Malargüe y ha delegado el él si se quiere la potestad para contratar artistas para un festival, pero no en el cura. En cuanto a ¿qué es la censura para mí?, es una potestad que tenían los fachos en nuestras épocas nefastas. Evidentemente todavía falta mucho por afirmar en cuanto a democracia, tolerancia, respeto en nuestra vida democrática. Y en especial a este cura hay que hacerle una tranfusión de buen humor, su ceguera mental no le permite ni reirse de una creación de uno de nuestros grupos humorísticos más emblemáticos como Les Luthiers”.

Rodolfo Cavagnaro, periodista, abogado y economista mendocino dijo:

"Pienso que la censura es el cercenamiento de la libertad aplicada por alguna autoridad. No se si al cura lo podemos considerar autoridad. Creo es una actitud fascista propia de tipos fundamentalistas, que en nuestra sociedad abundan en cantidades peligrosas".


Carta de un cura a otro: el padre Laporte le contesta al malargüino censurador.

"Igual que al periodista, me dieron ganas de llorar", sostiene en una nota Rubén Laporte, el sucesor del padre Jorge Contreras en el barrio La Gloria, al relatar lo que sintió cuando se enteró de las nuevas declaraciones del cura Gómez. Le pregunta si no se escandalizó con una serie de injusticias evidentes, que enumera en esta nota.

"La verdad es que tengo muchas cosas en la cabeza. He tratado de ordenarme un poco para pensar mejor, pero no ha sido fácil y no sé si lo he logrado. Desde que apareció la noticia del padre Pato y lo que sucedió en Malargüe me llamó mucho la atención que un sacerdote de la iglesia católica hiciera lo que hizo".

Así inicia su carta otro sacerdote, Rubén Laporte, párroco de la iglesia Virgen Peregrina del barrio La Gloria. Le sucede en "el puesto" a un gran hombre: el padre Jorge Contreras. Con ese espíritu, se percibe, se sienta a escribir su reflexión. Por momentos parece un pensamiento en voz alta, pero es una carta a Jorge Gómez, el insólito religioso malargüino adscripto al grupo del Verbo Encarnado que pasó a la fama este fin de semana cuando MDZ dio a conocer su acto de censura a la Coral Luthiereces.

Laporte está dolorido. Reconoce que la noticia le impactó y frena un rato en medio de la tarea de repintar la parroquia junto a los vecinos del barrio para escribir esta nota.

Sincero, le dice: "La verdad, me pareció bastante flojo de su parte". El cura radicado en el populoso barrio godoycrucino consideró que "ese exabrupto fue poco feliz. Por un lado, pensaba que a la ofensa respondió con ofensa, subiendo y faltando el respeto de la misma manera. Algunos dirán, o dijeron, y ¿cómo quiere que reaccione? a lo que yo contesto más de lo mismo: a la falta de respeto no se la soluciona por la misma vía. Ni siquiera podemos justificar un mal haciendo otro mal. Claro el Padre Pato -agregó Laporte en su carta- dijo que le habían faltado el respeto a su sacerdocio y celibato".

En este punto, el joven sacerdote que sufrió la pérmida de su hermano, taxista, a manos de la delincuencia, se preguntó: "¿Realmente le faltaron el respeto? ¿o será que estamos muy a la defensiva? A veces pienso, y me puedo equivocar, que cuando uno reacciona mal, por algo que dicen, es que uno tiene cola de paja. Con ese criterio de saltar por cualquier cosa, se imaginan viviríamos a discusiones e intromisiones eternamente. Como dice una amiga mía: ´Si te enojás por lo que te digo, es porque tengo razón´".

Laporte cuenta en su misiva que cuando se enteró de las declaraciones radiales del cura Gómez en las que afirmó que era "diez mil veces más grave que se viole la fe a que se viole a una niña", "me dieron ganas de llorar, igual que al periodista", en referencia a la confesión que, al aire, dio el periodista que hizo la pregunta, Cristian Molina.

"Llorar escribió Laporte- porque todavía algunos hermanos curas creen y se sienten con el poder de hacer y decir lo que quieren y la gente los debe entender. Espero que así como el vocero del obispado salió a defenderlo, cosa que respeto, también lo haya llamado para preguntarle por qué dijo lo que dijo y de paso nos vendría bien a todos como iglesia que se pidan disculpas públicamente de lo dicho por radio. Al menos las pido yo, muchos bastantes no pensamos como él y sé que la gente sabe diferenciar".

La fijación de la Iglesia con "ese temita": otros motivos de escándalo

"Como hace bastante tiempo sigo pensado -señaló el padre Rubén- que nosotros como Iglesia no sólo nos tenemos que preocupar e interesarnos por los problemas de órden moral sexual. Espero que en todos lados no sólo nos escandalicemos cuando se hable sobre el sacerdote o el celibato y espero que sí nos escandalicemos cuando en algunas escuelas no todos pueden acceder a una buena educación, cuando nuestros abuelos no tengan que hacer semejantes colas al sol para cobrar su jubilación".

Agregó que "espero que no nos dé lo mismo que cuando hay que enterrar a un jubilado tengamos que deambular por varios lugares hasta encontrar algunas cocherías que no les cobren por adelantado. Espero que cuando se explote a los trabajadores nonos dé lo mismo y también nos pronunciemos. Espero que apoyemos a la gente de nuestros barrios para vivir cadá día mejor. Espero que la Iglesia haya dicho algo en el Sur, cuando se compraban una enormidad de tierras y se cercaban los terrenos, matando la vida de los puesteros y el peregrinar de sus animales. Espero, que no esperemos más."

Finalmente, Laporte aportó su pensamiento reflexivo y crítico y la defensa de su condición de religioso: "No me resigno, esa no es una virtud cristiana, espero y trabajo y creo que podemos vivir mejor, por eso Dios se hizo hombre para mostrarnos el verdadero rostro, el de hijos de Dios y hermanos entre nosotros".


Me niego a que la Biblia esté llorando junto al calefón

Indignado con el cura Gómez de Malargüe, pero también con la jerarquía eclesiástica de Mendoza, el también sacerdote Vicente Reale, analiza los hechos que fueron revelados por MDZ y que ahora trascienden a todo el país.

Y como la Biblia está llorando, no puedo hacerme el distraído ni mirar para otro lado o desgranar sonidos parecidos a palabras que esquivan la verdad y la justicia.

Me han dolido y me han enfermado (sic) hechos acaecidos en estos días aquí en Mendoza y protagonizados por miembros del clero católico. Y no puedo callar ante ellos, por mi amor y respeto por Jesús y por intentar ser coherente con lo que me está dictando mi conciencia.

Mi dolor ha llegado a la rabia profunda. Pero, no teman. No tomaré el látigo, como lo hizo Jesús para echar a lonjazos a quienes estaban profanando el templo no sólo con palabras sino con la vil mercancía. Sí me hago cargo totalmente de lo que expresaré a continuación, aceptando desde ya las consecuencias que deriven de mis opiniones, sea en opiniones contrarias o en hechos que afecten a mi persona.

1- Lamentable, excecrable, dislocado, paranóico e injusto lo actuado y lo dicho por el sacerdote “Pato” Gómez en el festival de Malargüe. No hay posible justificación humana, ni menos cristiana, a lo protagonizado por él.

Es verdad que la letra de la canción que estaba siendo interpretada hería e insultaba el sentir y el creer cristiano. Pero nadie tiene el derecho de treparse a un escenario, interrumpir un espectáculo público y lograr que los ejecutantes terminaran abruptamente su actuación.

Producida la ofensa, existen dos caminos para corregirla: una querella por injurias contra los ejecutantes (querella que en este caso disponía de todas las pruebas), o la actitud de Jesús ante tantos insultos y golpes recibidos en su vida: callar, perdonar y orar por sus perseguidores.

No comparto la actitud y las palabras del mencionado sacerdote. Más, cuando en una entrevista radial en un medio de nuestra ciudad llegó al paroxismo de afirmar que “la canción que se estaba ejecutando era diez mil veces peor que los delitos de pedofilia cometidos por sacerdotes”. No hay palabras para esta aberrante locura. Rezo para que el padre Gómez revea su actitud y pida el consiguiente perdón público.

2- No han sido mejores la actitud y las palabras vertidas por el vocero del arzobispado de Mendoza al comentar el hecho. Continuamente se escabulló de dar una respuesta u opinión acabada sobre lo sucedido en Malargüe. Un periodista, en cinco oportunidades y de distintas formas, intentó conocer su pensamiento y definición. “Que si, que no”; “que hay que ver”; “que hay que estar en el lugar”; etc., etc. Conclusión: ambigüedad e indefinición.

No es la primera vez que De Benedectis actúa de esta forma, que -nobleza obliga- no fue la forma de actuar de Jesús. El vocero ya había superado esta marca cuando convalidó los actos genocidas de Mússere al “explicar” que para un cristiano existe una forma ética de actuar dentro de la institución iglesia y otra en la vida cívica. Lamentable y execrable también.

3- Una última palabra acerca de lo afirmado por el Papa sobre la libertad religiosa y sobre la enseñanza de la religión en las escuelas públicas. Palabras que fueron comentadas por el obispo Buenanueva y que aparecieron en la edición de ayer de MDZ.

El obispo afirma que es imperioso que haya libertad religiosa en todas partes y también en nuestro país. Vale preguntarse si en la Argentina no la hay. Yo creo que si la hay. A nadie se le impide profesar un credo y realizar los actos religiosos propios.

A no ser que lo que desee señalar Buenanueva es que hay algunas religiones (la católica) que tienen sobreeminencia y necesaria prioridad sobre las otras a la hora de ser merituadas o valoradas ante el espacio público. Si esta fuese la afirmación del obispo, debo decir que estoy en completo desacuerdo con él. En repetidas ocasiones he recordado lo que la misma iglesia católica afirma: que la iglesia no debe dictar normas al estado, como tampoco lo debe hacer el estado con la iglesia.

Lleva razón el obispo cuando afirma que los padres son los primeros responsables en la educación de sus hijos y en los valores que deseen trasmitirles. El tema entra en conflicto, para muchos, cuando a la enseñanza pública, gratuita y obligatoria de gestión estatal se le quiere adjuntar también la enseñanza religiosa.

Buenanueva afirma que el Estado es “complementario” en la educación de los hijos y debe acceder a lo que los padres quieran para esos hijos. No hay problema entonces: que el Estado llame a una elección o plebiscito y que los ciudadanos voten por el sí o por el no de la inclusión de la enseñanza religiosa en las instituciones educativas públicas de gestión estatal.


Los años de censura en Argentina

Sin criterio, con total desidia, con una completa inmunidad e impunidad, otros, gobernantes, dictadores, llamados reformadores o simples oportunistas del poder de turno hicieron callar a Mercedes, Víctor, Piero, Charly, Cacho, Nacha, a Pedro y a Pablo. Desde 1933 a 1953 en Argentina se prohibió el uso del lunfardo en la radiodifusión y el recientemente fallecido Emilio Masera, cuando estaba en el gobierno, “sugirió” que no se difundiera Cambalache por su “enorme escepticismo”.

En tanto que la Triple A consideraba marxistas a Nacha Guevara, Horacio Guarany y Luis Brandoni, mientras que Norman Brinsky y su esposa tuvieron un escape cinematográfico en Ezeiza, también por sus ideas. Cuando los rulos de Piero todavía eran prominentes, tuvo que escapar de los falcon verde sin patente que se detuvieron frente a su departamento, sus vecinos, Arturo Puig y Selva Aleman, le dieron asilo provisorio.

Pero la censura no sólo existió en Argentina, lejos muy lejos también callaron a Ghandi, censuraron Saramago.

Según el Código de Derecho Canónico reformado por el Vaticano en 1983 establece que para preservar "la integridad de la fe y costumbres, los pastores de la Iglesia tienen el deber y el derecho de velar para que ni los escritos ni la utilización de los medios de comunicación social dañen la fe y las costumbres de los fieles cristianos".

La novela del escritor lusitano José Saramago El Evangelio según Jesucristo encaja, a decir de varios especialistas, en los criterios de censura de este código. De hecho, desde que en 1991 se publicó la primera edición,el Vaticano descalificó la novela por ser "un libro blasfemo, falsificador de la verdad histórica y difamador de los mayores personajes del Nuevo Testamento".

El caso de Saramago es el más reciente, pero hubo otros tales como Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, o El Evangelio según el Hijo, de Norman Mailer, considerados como "obras ateas" por las autoridades eclesiásticas.

Las películas consideradas blasfemas por la Iglesia están estrictamente prohibidas en las universidades católicas. Tal es el caso de Yo te saludo María, de Jean Luc Godard, y las mexicanas Figuras de la pasión y La Guadalupita, de Rafael Corkidi.

En su momento, la obra de teatro Jesucristo Superestrella fue también prohibida en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).

El Coral de Lutherienses decidió retirar el polémico número que “supuestamente ofendía la castidad de los sacerdotes”, para no armar polémica, para no generar conflicto.
Por eso, “silencio en nombre de la sociedad”, por respeto a los que creen, a los que no, por respeto a las víctimas de abusos y sus familias.

POR: MDZ.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...