jueves, 19 de mayo de 2011

"El retrato de Dorian Gray", sin censura.

Aparece una nueva edición de la novela, con todos los elementos sexuales y controvertidos que Oscar Wilde tuvo que eliminar para que viera la luz. La censura victoriana del XIX en Reino Unido impidió que el mundo conociera todas las caras de "El retrato de Dorian Gray".

Recibida con hostilidad por la prensa británica de la época, la novela de Wilde tuvo que ser modificada para callar las voces que la tachaban entonces de "vulgar", "sucia", "envenenada" y "vergonzosa".

"El retrato de Dorian Gray: una edición comentada y sin censura", publicada por Harvard University Press, incluye por primera vez todos los pasajes censurados, que el editor, Nicholas Frankel, completa con anotaciones extensas y vistosas ilustraciones.

Ha tenido que pasar más de un siglo para que esta obra clásica de la literatura inglesa llegue completa al lector, después de que sufriera severas amputaciones en sus primeras publicaciones en 1890 y 1891.

La novela de Wilde vio la luz en la revista literaria "Lippincott's Monthly Magazine" en 1890, después de que el editor de la publicación, J.M Sotddart, recortara el material que hacía explícita la naturaleza homosexual de los sentimientos del artista Basil Hallward hacia el joven Dorian Gray, del que se encapricha y al que inmortaliza en un cuadro.

Aunque se considera que el argumento principal de la obra es el deseo de la eterna juventud, Wilde aborda en su texto temas controvertidos para su tiempo como la homosexualidad, la decadencia de la sociedad victoriana, la promiscuidad o la "falsa y perversa" moral de esos años. Es por ello por lo que Sotddart no solo censuró todo el contenido que hablaba de homosexualidad, sino que eliminó también los pasajes en los que Dorian Gray se refería a sus "queridas" y cualquier tipo de alusión a los aspectos sexuales que la sociedad consideraba "ilícitos" entonces.

En la edición de Frankel, el lector puede acceder a todos estos fragmentos hasta ahora inéditos y también conocer las razones por las que Wilde no solo no pudo impedir la censura, sino que se vio obligado a recortar aún más contenido para la aparición en formato libro de su obra en 1891, ante la acritud con la que la sociedad había recibido la primera publicación un año antes.

A pesar de que parte del material original de Wilde se perdió para siempre en las sucesivas censuras, el texto que ahora ofrece el trabajo de Frankel es, en palabras del propio editor, "la versión de la novela que Wilde quería que nosotros leyéramos en el siglo XXI".

POR: AGENCIA EFE

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