lunes, 24 de octubre de 2011

TALK ABOUT KEVIN. HABLAR DEL ÙLTIMO TABÙ

Es la peor pesadilla de todas las madres. Tener un hijo con el que no se tiene conexión alguna, completamente extraño y que además en la adolescencia comete un crimen. ¿De quien es la culpa?

Este viernes tuvo lugar en el Reino Unido el estreno mundial de la película Talk about Kevin, que se basa en el polémico libro "Tenemos que hablar sobre Kevin", de la novelista Lionel Shriver.

Publicado hace más de cinco años, y traducido al español en 2007 por la editorial Anagrama, la obra de ficción se convirtió en un libro de culto entre los padres en general y las madres en particular, porque rompe con el tabú sobre la maternidad.

Habla de una profesional que a los 40 años tiene un hijo más por la presión social que por el propio deseo. Kevin es el típico bebé difícil que no para de llorar, no le gusta comer, no habla cuando debe empezar a hablar y desarrolla una inclinación hacia la maldad.

Hasta que a sus 16 años comete un crimen que expone la cuestión de la culpabilidad. ¿De quien es la responsabilidad? ¿De la madre que no supo conectar con su hijo? ¿Del niño que nació con la semilla del mal?

"Estas son las preguntas que normalmente dividen los debates a los que asisto", le dice a la BBC Shriver, quien a los ocho años decidió que no iba a tener hijos y sólo a los 40, cuando estaba en el proceso de escribir esta novela, reflexionó al respecto.

"Concedo que es un poco delicado escribir sobre la relación madre hijo cuando yo no tengo hijos", comenta la escritora. "Pero creo que el hecho de no tener, especialmente un niño, hizo posible que escribiera sobre este tema. De lo contrario creo que me hubiera inhibido la idea de que mi hijo, al crecer, pudiera leerlo".

"Malvado"

Para Shriver no fue fácil publicar una historia políticamente incorrecta que rompe con los mitos de la familia: el que una madre ama a sus hijos sin importar que tipo de personas resulten ser.

Acudió a 17 agentes en Estados Unidos antes de tocar las puertas a una publicista que le compró la historia.

Su primera agente no sólo no le gustó el relato, sino que "lo odió". "Consideró que era malvado y sugirió que yo era malvada", recuerda la autora.

En el Reino Unido no tuvo mejor suerte, pasó por 30 compañías antes de que una aceptara publicarlo por una suma "ridícula". "Creo que fueron 2.000 libras (US$3.200), pero yo vivía aquí y me interesaba sacarlo aquí".

Una vez que salió a la venta, poco a poco, con casi nada de publicidad, se fue convirtiendo en un bestseller. "Creo que es una novela que reconoce que sólo porque un ser sale de ti, no significa que emocionalmente esté relacionado a ti. De hecho, los niños son unos extraños a los que tienes que conocer, y puede que te gusten o no", reflexiona Shriver.

La autora considera que la novela finalmente les da permiso a las madres a, en ocasiones, pensar cosas negativas sobre sus hijos sin que necesariamente sientan culpa y crean que son unas malas personas.

La historia "no se trata sobre el asesino de un colegio. También es sobre las primeras etapas de educar a un niño y cuan frustrante -y francamente aburrido- puede llegar a ser".


La versión de Ramsay

La versión para la gran pantalla es obra de la directora escocesa Lynne Ramsay. Shriver no tuvo nada que ver en esta producción protagonizada por Tilda Swinton, quien encarna a Eva Khatchadourian, y Ezra Miller, quien hace de Kevin.

"El film no es mi creación, pero usa a mis personajes, mi trama", explica Shriver, quien admite sentirse a gusto con la película.

El reto de Ramsay, quien tiene en su haber películas como Ratcatcher y Morven Callar, fue adaptar a la gran pantalla una novela que se presenta en una serie de cartas.

"Sabía que tenía que hacerlo a mi manera", explica la directora, quien se rehusó a utilizar voz en off para su versión. "Hubiese sido muy largo ¡Es un libro muy, muy denso!".

Por su parte, Swinton, quien reconoce ser una madre feliz, dijo que aceptó encarnar a Eva porque ya conocía la historia y -personalmente- porque sabe que cualquier madre que tiene una relación fácil y llevadera con sus hijos sabe que tiene suerte.

Para la actriz, Shriver tuvo la "valentía de exponer el caso de una mujer que no conecta con su hijo".

Distorsión del ser

"Tenemos que hablar sobre Kevin" empezó como una reflexión de lo que a la escritora le asustaba sobre la maternidad. "Resultó que es mucho lo que me asusta. De hecho, el manuscrito original era 200 páginas más largo (tiene 400)".
A lo que le teme Shriver es a poner a alguien en el primer lugar de su vida y estar obligada moralmente a ello. "Me producía ansiedad el hecho de que podría distorsionar el sentido de quien era".

Entre los comentarios que ha recibido la autora, hay de mujeres que le agradecen haber escrito la novela porque justifica su decisión de no tener hijos. Incluso una pareja le escribió para decirle que tras leerlo decidieron no procrear.

"Ese nunca fue mi propósito", comenta con una sonrisa Shriver. "No estoy en una campaña contra la concepción ni porque la raza humana llegue a su fin".

La escritora explica que sencillamente en sus novelas le gusta escarbar en las esquinas más oscuras de las relaciones humanas.


TRAILER




POR: BBCMUNDO

ARREGLOS: ALBERTO CARRERA

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