viernes, 24 de febrero de 2012

VIDEOGAYS

La homosexualidad en los videojuegos
¿Son los videojuegos un sector homófobo, o la homosexualidad está ya aceptada? ¿Mantenemos tópicos y tabúes o somos tolerantes y abiertos?

Hace unos días hablábamos de un tema controvertido que, aunque a pequeños pasitos, poco a poco va incorporándose a la normalidad en el mundo de los videojuegos: el sexo, el erotismo, incluso simplemente el amor entre personajes más allá del mero platonismo. En esta ocasión sacamos a la palestra un tema mucho más controvertido: la homosexualidad en los videojuegos.

La homofobia sigue siendo un problema global: incluso en nuestro país, uno de los más avanzados del mundo occidental en el reconocimiento de derechos de los homosexuales, sigue habiendo un sector de la sociedad que no acepta a las personas con diferente orientación sexual. Según la Encuesta nacional de salud sexual del CIS de noviembre de 2008, un 20,4% cree que las relaciones entre dos hombres no son tan respetables como las heterosexuales, un 20,1% piensa lo mismo de las relaciones lésbicas y un 15,9% afirma directamente que la homosexualidad es una enfermedad. Si bien se ha dado un paso importante en la igualdad de derechos al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, también es cierto que el Partido Popular mantiene un recurso de inconstitucionalidad contra dicha ley, por lo que este avance podría verse revertido en el hipotético (pero improbable) caso de que el Alto Tribunal estimase el recurso.

Si éste es el panorama en España, en otras partes del mundo puede llegar a ser bastante peor. En muchos lugares de Europa y EEUU, "salir del armario" puede suponer un serio daño para la reputación de una persona. En África y Asia ya no estamos hablando de mala imagen social, sino de peligro físico: en muchos países de estos continentes la homosexualidad está penada con cárcel o incluso la muerte; los homosexuales deben esconderse no sólo del Estado, sino también de las personas que les rodean, pues son habituales los malos tratos físicos y psicológicos.

Los videojuegos, como cualquier otra forma de ocio, son un reflejo de la sociedad en la que se producen; en este asunto ocurre exactamente lo mismo: la homosexualidad prácticamente no tiene visibilidad, y hasta hace muy poco (y aún ocurre) si aparecía era de forma burlona, para caracterizar negativamente a un personaje. Pero en los videojuegos este problema se ve agravado por la convergencia de varios problemas adicionales: para empezar, el mundo de los videojuegos es muy joven, por lo que aún está explorando sus límites y "convenciendo" a la sociedad de que se trata de una forma de ocio que puede ser tan lícita, válida y profunda como el cine. Como hemos comentado en muchas ocasiones, la censura sigue siendo un fenómeno habitual en este sector; si no se han aceptado aún temas adultos como el sexo, las relaciones personales más allá del amor platónico, ¿cómo podemos hacer creer a nadie que no existe homofobia en los videojuegos?

Otra razón para esta especial situación de la homosexualidad en los juegos es la forma que ha adquirido el mercado del ocio electrónico, que ha pasado en tiempo récord de ser minoritario a convertirse en un negocio de masas. Combinando las ganas de contentar a todo el mundo para abrir cada vez más el mercado con los problemas de censura nos encontramos con que, en muchísimos casos, las compañías prefieren evitar temas controvertidos para no cerrarse puertas en ningún mercado conservador (o abiértamente homófobo). Para terminar, no podemos tampoco cerrar los ojos ante una realidad: aunque esté cambiando, el mundo de los videojuegos ha sido tradicionalmente muy cerrado y controlado por hombres, además de algo machista. Organizaciones por los derechos LGTB no se han interesado todavía demasiado por estudiar el nivel de aceptación de la homosexualidad en esta industria. Y el sector de por sí parece que prefiere no hablar del tema, como si no hubiera ningún homosexual creando videojuegos o sencillamente se creyera, como en otros sectores profesionales (véase el fútbol), que no hay apenas homosexuales.

En el mercado japonés la cuestión, por diversas razones culturales, es bien distinta: allí no hay un gran tabú social alrededor del asunto (aunque por costumbre y conformismo no sea tan habitual "salir del armario"), por lo que es muy habitual desde hace tiempo ver personajes gays e incluso hay videojuegos de pornografía homosexual. Sin embargo, se suelen mezclar travestismo y transgénero con homosexualidad, cuando son cuestiones totalmente diferentes. En el mercado occidental la situación está cambiando poco a poco en los últimos años: hay algunos estudios que están dando pasos en la dirección de visibilizar la homosexualidad en los videojuegos, y lo que es más importante: mostrándolo como algo normal, sin aspavientos, sin que sea algo trascendental para la historia ni que modifique nada. Veamos algunos ejemplos de cómo ha evolucionado en Occidente la representación de la homosexualidad a lo largo de la historia de los videojuegos.

Los años 80: invisibilidad

En esta década apenas se encuentran ejemplos de personajes homosexuales en los videojuegos; tampoco es tanto de extrañar, habida cuenta de que los juegos apenas tenían historia ni mucha explicación de lo que estaba ocurriendo en pantalla. Pero hay dos ejemplos clásicos de esta década, y muy significativos: en Super Mario Bros 2 apareció por primera vez Birdo, un dinosaurio rosa con un lacito en la cabeza... Y en el manual original de la versión estadounidense se señalaba que era un chico que creía ser chica y prefería ser llamado "Birdetta". Esta referencia desapareció en posteriores y no llegó a aparecer nunca en España.

Otros dos personajes míticos de la época son Poison y Roxy, enemigos menores del clásico beat'em up Final Fight. Cuenta la anécdota que uno de los testers del juego le comentó a su desarrollador, Akira Yasuda, que no se sentía muy cómodo con un juego en el que el protagonista golpea a mujeres. Yasuda le contestó, francamente sorprendido, que no había ninguna mujer en el juego: ¡Poison y Roxy eran dos travestis! Lo cierto es que en la versión anglosajona del juego fueron sustituidas por dos punks; y realmente nunca se ha sabido a ciencia cierta si estos dos personajes eran travestis o transexuales.

Los 90: discriminación contra normalización

En la década de los 90 empezaron a aparecer personajes homosexuales en los juegos... Pero en buena parte de los ejemplos que pueden encontrarse, aparecen sólo para hacer un chiste o su caracterización es o bien burlesca (personajes algo ridículos, débiles y afeminados) o bien censuradora (la homosexualidad como vicio y depravación). Además, casi sólo aparece la homosexualidad masculina: aparecen muy pocas lesbianas en las tramas de los juegos. En la aventura gráfica Simon the Sorcerer, por ejemplo, el protagonista hace muchos chistes sobre la homosexualidad, como denominar "desagradablemente sospechoso" a que dos personajes masculinos se queden pegados con pegamento. En El día del tentáculo, en un futuro dominado por tentáculos mutantes aparece un personaje masculino vestido de bailarina, que va a participar en un concurso de belleza para mascotas humanas; este personaje es chillón, débil, afeminado y algo desagradable, y se desmaya sólo con ver un falso vómito de plástico.

Sin embargo, también empieza a haber buenos ejemplos de integración y normalización. En Ultima VII, por ejemplo, en diversas ocasiones se tiene la opción de mantener relaciones sexuales o aceptar proposiciones eróticas con personajes de un sexo o del otro. En Chrono Trigger aparece Flea, un enemigo masculino vestido de mujer que reivindica la igualdad: "Hombre o mujer, ¿qué mas da? El poder es hermoso, y yo tengo poder". Full Throttle muestra a un personaje gay que se convierte en un gran padre para una chica babandonada por su progenitor biológico. Y Fallout 2 no sólo permite el matrimonio entre personajes del mismo sexo: también conciencia sobre las consecuencias de la discriminación al mostrar la muy negativa reacción de la familia del cónyuge del protagonista.

Siglo nuevo, mentalidad nueva... ¿o no?

Poco a poco se va normalizando la homosexualidad en los videojuegos, pero falta mucho camino por hacer. Para empezar, a lo más que se ha llegado es a secundarios gays a los que se refleja de forma positiva, a personajes que podrían ser gays o a permitir relaciones homosexuales, sobre todo en juegos de rol en los que tú creas el personaje que quieres conducir. Además de los citados Ultima VII y Fallout 2, en los años siguientes han llegado unos cuantos que han seguido esta línea: Bioware ya ha ofrecido esta posibilidad en Dragon Age y Star Wars: Knights of the Old Republic; también la saga Mass Effect ha ofrecido esta posibilidad. Sin olvidarnos de Los Sims, en los que podías casarte y fundar una familia (obviamente, adoptando) sin importar tu sexo ni el de tu consorte.

Sin embargo, siguen manteniéndose los estereotipos negativos en muchos juegos. En el aclamado GTA: San Andreas se pretende denigrar a la policía de San Fierro, una de las ciudades del juego, poniendo en su boca frases ridículas como "¡Suelta el jabón, cariño!" o "¡Me tienes en el culo, corazón!". En Phoenix Wright: Ace Attorney Trials and Tribulations también caracterizan a un personaje como un gay afeminado y ridículo, un chef llamado Jean Armstrong sobre el que se hacen muchas bromas acerca de confusiones sobre su género. Y en los MMORPG es muy poco habitual que se permitan bodas entre personajes del mismo sexo.

Pero lo que sigue faltando, lo que sería realmente un paso adelante en la normalización, es que algún protagonista salga del armario. No hay todavía ni un solo ejemplo de personaje protagonista en un juego que sea abiertamente homosexual; en los ejemplos citados de juegos de rol o bien son personajes que creamos desde cero (por lo que su personalidad no está tan desarrollada como en los juegos con protagonista definido) o bien las relaciones homosexuales son casi una anécdota (como en Mass Effect).

No encontramos ningún ejemplo de protagonista de alguna saga conocida que se haya concebido e ideado como gay. A muchos sorprendió la declaración de J.K. Rowling de que uno de los personajes más queridos de la saga Harry Potter, el profesor Dumbledore, fuera gay; pero realmente ésa es una forma de normalizar la homosexualidad en nuestra sociedad: crear personajes gays perfectamente normales para demostrar que la sexualidad no define tu forma de ser ni te convierte en nada diferente.

Hace no mucho tiempo, el periodista Jim Sterling reflexionaba en Destructoid acerca de lo bien que le sentaría a Nathan Drake, protagonista de Uncharted, ser gay. Según su opinión, tiene sentido dentro de la historia, no le haría ningún daño a Naughty Dog (puesto que la saga está más que establecida) y serviría para cambiar actitudes y sacudir los cimientos de los jugones más homófobos. Y nos preguntamos: ¿por qué no? Es un aventurero, un tipo fuerte y valiente capaz de meterse en cualquier jaleo sin pestañear. ¿Por qué no puede ser gay un hombre así? ¿Acaso no hay ejemplos en la vida real? El mundo de los videojuegos necesita revoluciones así; no sólo ayudaría a cambiar la sociedad, sino que demostraría que no somos sólo un entretenimiento vacío. Éste es el paso que falta por dar para que poco a poco la aceptación de la homosexualidad en el mundo de los videojuegos sea completa: un gran protagonista de una franquicia AAA que sea gay. Con esto quedarían heridos de muerte los viejos prejuicios y estereotipos: mostrando un personaje gay en un papel protagónico, y en el que su sexualidad sea un punto más de su personalidad y su historia y no un estigma de depravación ni un chiste para el resto de personajes. El ocio electrónico es todavía un sector, si no homófobo, como mínimo poco amigable para el mundo LGTB; esperemos que alguna compañía se decida pronto a desafiar lo establecido y abrir el camino por unos videojuegos más tolerantes.


POR: ANTONIO SANTO. VADEJUEGO.COM
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA

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