miércoles, 30 de octubre de 2013

En el siglo XVIII Cuando era obligatorio saber dibujar hombres desnudos a la perfección para ser artista

En el siglo XVIII, en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, la anatomía masculina era el fundamento de la pintura y la escultura. Los alumnos debían reproducir con detalle obras clásicas y, en un nivel más avanzado, se les exigía dibujar al detalle desnudos del natural. De los estrictos programas, ideados sobre todo para formar pintores historicistas, surgieron algunos de los artistas franceses más notables del momento.


La figura masculina se consideraba en la Francia prerrevolucionaria el pilar de la pintura y la escultura. De su perfecta reproducción en el arte dependía que un autor fuera digno de continuar en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París, la academia a la que debía ir cualquiera que quisiera ser un reconocido artista francés del género más prestigioso del siglo XVIII, la pintura historicista. La Wallace Collection de Londres se une al reciente interés por mostrar al hombre despojado de ropa (le preceden dos exitosas exposiciones, una en el Museo Leopold de Viena y otra en el d'Orsay de París) con la muestra The Male Nude: Eighteenth-century drawings from the Paris Academy (El hombre desnudo: Dibujos del siglo XVIII de la Academia de París), que reúne hasta el 19 de enero cerca de 40 dibujos de la anatomía masculina creados entre el siglo XVII y el XVIII en la prestigiosa institución. Sólo tras poder copiar al detalle esculturas, dibujos y grabados clásicos se le permitía al estudiante (masculino, las mujeres lo tenían prohibido) pintar a hombres desnudos del natural. Las clases se complementaban con cursos de anatomía, perspectiva, geometría, literatura e historia. Poses de inspiración clásica De los exigentes programas de la institución salieron algunos de los autores más importantes de su generación, como el hispanofrancés Hyacinthe Rigaud; François Boucher y Jean-Marc Nattier. Otros utilizaron sus destrezas en diferentes campos artísticos, como es el caso de Jean-Jacques Bachelier, que se convirtió en director de diseño y decoración de la fábrica de porcelana de Sèvres.


Las poses son de inspiración clásica, muestran los músculos en tensión con posturas dramáticas y también cuerpos relajados, cada figura tiene diferentes matices de luz y sombra que la convierten en un exigente ejercicio. Algunas se parecen entre sí y son de diferentes autores —como sucede con el hombre visto desde atrás y apoyando su peso sobre la pierna izquierda, dibujado por Ferdinand Nicolas Godefroid y por Louis-Simon Boizot— y en esas distintas obras del mismo motivo se aprecia el estilo que gestaban los aspirantes a artistas profesionales.




POR: HELENA CELDRÁN - 20MINUTOS.ES
DIBUJOS: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA

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