El radar gay o “gaydar”, o simplemente ese sexto sentido que los gays poseemos para detectarnos y relacionarnos se ha convertido en una obsesión para la comunidad científica. Desde los Países Bajos hasta los Estados Unidos, los especialistas compiten por publicar primero las evidencias del momento. ¡Ya quisieran ellos tener un ojo como el nuestro…!
Un equipo de expertos de las universidades de Leiden y de Amsterdam, liderados por la psicóloga Lorenza Colzato, realizó un estudio para comprobar la existencia de nuestro famoso (y envidiado) “mecanismo gaydar”.
Para el mismo, fueron seleccionados 42 candidatos, entre homosexuales y heterosexuales, tanto hombres como mujeres, de acuerdo con un rango de edades y categorías socio-profesionales afines. Durante el desarrollo del estudio, los sujetos debieron observar y memorizar diferentes imágenes, mientras que los científicos monitoreaban y registraban sus reacciones frente a los estímulos visuales.
Los resultados fueron contundentes. Hombres y mujeres homosexuales parecen tener una preferencia mucho más fuerte por los detalles que las personas heterosexuales, concentrándose en posturas, movimientos y patrones de lenguaje. “Este estilo más analítico aumenta la probabilidad de captar las señales que indican la orientación sexual de otras personas”, concluyen los especialistas en un artículo publicado en la prestigiosa revista “Frontiers in Cognition”.
Pero de este lado del Atlántico los científicos también están haciendo de las suyas. El experto en psicología cognitiva Eric Tracy, de la Universidad de Ohio (USA), convocó a 14 varones, 7 gays y 7 héteros, para grabar sus voces mientras leían una serie de mensajes breves. Luego hizo escuchar sus grabaciones a una audiencia mixta de hombres y mujeres, de diferentes sexualidades, y les propuso tratar de detectar por la voz quiénes de los hombres grabados podían llegar a ser gays.
¿Qué sucedió? El 75% de los escuchas (independientemente de su sexo o sexualidad) supo distinguir cuáles de las voces grabadas correspondían a varones gays. Según Tracy, la distinción se produce en la manera de pronunciar las vocales. “Constantemente hablamos por teléfono con personas a las que no conocemos, y sólo a través de la conversación somos capaces de identificar características personales, como la edad, el género, la raza o la orientación sexual”, ha declarado el especialista.
1 comentario:
Yo en cambio creo, Querido Alberto, que el ojo de loca SI SE EQUIVOCA...
Este es un post sobre el tema, es de mi Blog... saludos y abrazos...
http://sexualidadessubversivas.blogspot.com/2011/08/el-ojo-de-loca-si-se-equivoca-politica.html
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