Orgasmos de pesadilla.
El sexo deja de lado todo lo que conlleve placer. Tras tener una relación sexual absolutamente normal y satisfactoria, o simplemente tras una masturbación o una eyaculación involuntaria, algunos hombres comienzan a tener síntomas que van desde el dolor de cabeza a la fotofobia o la depresión. A eso se le suma una sensación de cansancio capaz de postrarles en la cama, mientras que la capacidad de concentrarse o, incluso hablar, quedan mermadas. En resumen: ese momento placentero que es el sexo da paso la imposibilidad de llevar a cabo una vida cotidiana.
El Síndrome de enfermedad post orgásmica (POIS en sus siglas en inglés) es un mal catalogado baja la nebulosa de enfermedades raras que afecta a algunos -pocos- hombres que, tras un acto sexual, sufren en menos de una hora una serie de síntomas cuyo grado y aparición varían en cada caso.
Esta enfermedad, 'descubierta' para la literatura médica en el año 2002, representa un reto para la comunidad científica. Diez años después todavía no se explica cuáles son los mecanismos que desarrollan este síndrome, por qué se produce sólo tras la eyaculación y, lo más importante para los afectados: qué tratamiento puede ser efectivo para contrarrestar estos dolores.
Esta enfermedad, 'descubierta' para la literatura médica en el año 2002, representa un reto para la comunidad científica. Diez años después todavía no se explica cuáles son los mecanismos que desarrollan este síndrome, por qué se produce sólo tras la eyaculación y, lo más importante para los afectados: qué tratamiento puede ser efectivo para contrarrestar estos dolores.
¿Qué me pasa?
"La primera vez que me ocurrió no lo asocié con la eyaculación", recuerda para ELMUNDO.es Víctor, de 25 años. "Estaba con los exámenes de selectividad y me gustaba una chica. El primer año de vivir con el Síndrome POIS fue muy duro, fui de médico en médico, pero es difícil explicar qué es exactamente lo que te ocurre y por vergüenza muchas veces también te callas. Y, una vez que sabes cómo se llama lo que te pasa, te das cuenta de que los médicos están igual de perdidos que tú", explica.
Viendo que los síntomas se repetían, al dolor post orgásmico se le unió el del desconocimiento, "hasta que leí un artículo del doctor Martínez-Salamanca en EL MUNDO que hablaba de lo que a mí me sucedía".
"A partir de ahí mi vida dio un giro de 180 grados", explica Víctor. "Me puse a investigar por internet y encontré un foro con personas a las que les pasaba lo mismo. Me quedé impresionado porque a lo que llaman raro eran más de 400 personas registradas, pero hay muchas más que lo visitan. Y además no era la única página", explica.
Como a Víctor, este foro se ha convertido para los afectados en una tabla a la que sujetarse: "Yo sabía que algo no iba bien, así que como ningún médico encontraba una respuesta a lo que me pasaba decidí investigar por internet.Encontrar a personas que les sucede lo mismo es un alivio, no te sientes solo, hay gente que también busca soluciones", explica Mike McMahon, un chico estadounidense de 27 años que sufre este síndrome desde su primera experiencia sexual, a los 16.
Así, mientras "la ciencia nos da una respuesta", en dicho ciberespacio, "se explicaban diferentes 'remedios' que han atenuado los síntomas a muchas personas, el problema es que no existe un remedio universal para tratar este síndrome y lo que puede valer para una persona, quizá no valga para otra o los resultados no sean tan buenos", puntualiza Víctor.
"La primera vez que me ocurrió no lo asocié con la eyaculación", recuerda para ELMUNDO.es Víctor, de 25 años. "Estaba con los exámenes de selectividad y me gustaba una chica. El primer año de vivir con el Síndrome POIS fue muy duro, fui de médico en médico, pero es difícil explicar qué es exactamente lo que te ocurre y por vergüenza muchas veces también te callas. Y, una vez que sabes cómo se llama lo que te pasa, te das cuenta de que los médicos están igual de perdidos que tú", explica.
Viendo que los síntomas se repetían, al dolor post orgásmico se le unió el del desconocimiento, "hasta que leí un artículo del doctor Martínez-Salamanca en EL MUNDO que hablaba de lo que a mí me sucedía".
"A partir de ahí mi vida dio un giro de 180 grados", explica Víctor. "Me puse a investigar por internet y encontré un foro con personas a las que les pasaba lo mismo. Me quedé impresionado porque a lo que llaman raro eran más de 400 personas registradas, pero hay muchas más que lo visitan. Y además no era la única página", explica.
Como a Víctor, este foro se ha convertido para los afectados en una tabla a la que sujetarse: "Yo sabía que algo no iba bien, así que como ningún médico encontraba una respuesta a lo que me pasaba decidí investigar por internet.Encontrar a personas que les sucede lo mismo es un alivio, no te sientes solo, hay gente que también busca soluciones", explica Mike McMahon, un chico estadounidense de 27 años que sufre este síndrome desde su primera experiencia sexual, a los 16.
Así, mientras "la ciencia nos da una respuesta", en dicho ciberespacio, "se explicaban diferentes 'remedios' que han atenuado los síntomas a muchas personas, el problema es que no existe un remedio universal para tratar este síndrome y lo que puede valer para una persona, quizá no valga para otra o los resultados no sean tan buenos", puntualiza Víctor.
Hipótesis científicas
El citado médico que dio luz a su caso, el doctor Martínez-Salamanca, especialista en Urología y en Sexualidad del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid), explica la complicación de este síndrome: "Acaba de nacer para el conocimiento científico y el problema es que, aunque se ha hecho algún estudio, todavía no hay datos concluyentes, por lo que si todavía no se saben las causas que lo provocan, menos se conoce un remedio", comenta.
Entre las hipótesis que siguen los científicos, muchos apuntan a motivos puramente psicológicos, algo que pacientes y médicos descartan. "Otra de las complicaciones de esta enfermedad es que existen dos tipos: está el POIS primario, que son aquellas personas que desde siempre han sentido estos problemas al eyacular; y el adquirido, que lo han desarrollado por algún mecanismo que todavía se desconoce y que ha dado lugar a que muchos científicos piensen que el origen de este síntoma es psicológico", explica Antonio Fernández Lozano, urólogo, andrólogo y responsable de la Unidad de Alteraciones Eyaculatorias de la Fundación Puigvert de Barcelona.
El citado médico que dio luz a su caso, el doctor Martínez-Salamanca, especialista en Urología y en Sexualidad del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid), explica la complicación de este síndrome: "Acaba de nacer para el conocimiento científico y el problema es que, aunque se ha hecho algún estudio, todavía no hay datos concluyentes, por lo que si todavía no se saben las causas que lo provocan, menos se conoce un remedio", comenta.
Entre las hipótesis que siguen los científicos, muchos apuntan a motivos puramente psicológicos, algo que pacientes y médicos descartan. "Otra de las complicaciones de esta enfermedad es que existen dos tipos: está el POIS primario, que son aquellas personas que desde siempre han sentido estos problemas al eyacular; y el adquirido, que lo han desarrollado por algún mecanismo que todavía se desconoce y que ha dado lugar a que muchos científicos piensen que el origen de este síntoma es psicológico", explica Antonio Fernández Lozano, urólogo, andrólogo y responsable de la Unidad de Alteraciones Eyaculatorias de la Fundación Puigvert de Barcelona.
"Aunque no sabemos qué lo desencadena y su tratamiento, lo que tenemos claro es lo que no es", asegura David Daveman, canadiense de 63 años afectado y co-moderador de uno de estos foros de internet y una de las personas que busca recaudar suficiente dinero para que la Organización Nacional de Enfermedades Raras americana investigue esta enfermedad. "No es un problema psicológico, los efectos son palpables y no es una enfermedad psicosomática, pues los que han conseguido algún tratamiento que les haga efecto han visto aminorar sustancialmente sus síntomas", explica David.
Otra vía de investigación apunta a la 'alergia al semen'. En 2009, el holandés Marcel Waldinger apuntó a esta teoría al investigar a 45 pacientes que permitieron someterse a una prueba de alergia en la piel que utilizaba su propio semen en forma diluida. Posteriormente, los resultados determinaron que el 88% de ellos tuvieron una reacción alérgica.
"Yo me sometí a una prueba alérgica a mi propio semen por un médico en EEUU que nunca había oído hablar de este tema y los resultados fueron positivos. No sé si realmente es una alergia y me gustaría consultar con otros médicos, pero como soy estudiante no tengo dinero ni para ver a más médicos ni para probar una terapia contra la supuesta alergia. Así que mi médico de atención primaria y mi psicólogo me están tratando con antidepresivos y, aunque me siento algo mejor, no son la solución", explica Mike.
Moviéndose también en el terreno de las hipótesis, los doctores Fernández Alonso y Martínez-Salamanca se inclinan a pensar que se trata "de un problema con base neurobiológica". Ambos creen que esta afección se explica por alteraciones en las hormonas que se generan en el momento del orgasmo y en los neurotransmisores.
Otra vía de investigación apunta a la 'alergia al semen'. En 2009, el holandés Marcel Waldinger apuntó a esta teoría al investigar a 45 pacientes que permitieron someterse a una prueba de alergia en la piel que utilizaba su propio semen en forma diluida. Posteriormente, los resultados determinaron que el 88% de ellos tuvieron una reacción alérgica.
"Yo me sometí a una prueba alérgica a mi propio semen por un médico en EEUU que nunca había oído hablar de este tema y los resultados fueron positivos. No sé si realmente es una alergia y me gustaría consultar con otros médicos, pero como soy estudiante no tengo dinero ni para ver a más médicos ni para probar una terapia contra la supuesta alergia. Así que mi médico de atención primaria y mi psicólogo me están tratando con antidepresivos y, aunque me siento algo mejor, no son la solución", explica Mike.
Moviéndose también en el terreno de las hipótesis, los doctores Fernández Alonso y Martínez-Salamanca se inclinan a pensar que se trata "de un problema con base neurobiológica". Ambos creen que esta afección se explica por alteraciones en las hormonas que se generan en el momento del orgasmo y en los neurotransmisores.
Remedios por internet
Mientras, los 400 afectados que se dan cita en el ciberespacio van comentando los 'remedios' que han conseguido mejorar estos síntomas. Víctor, como tantos afectados, decidió probar en sí mismo varios de estos consejos: " La mayoría son naturales, desde el ajo hasta el fenogreco, pero no me solucionaban nada... Hasta que un forero ruso me recomendó la niacina (vitamina B-3), remedio que le había recetado su doctora. Conmigo ha conseguido resultados sorprendentes: aunque siga teniendo el síndrome ya no supone ni el 1% del problema que me suponía en el pasado, pero hay que tener en cuenta que no vale para todo el mundo".
Eso sí, una vez encontrado este remedio, Víctor, al igual que David, que también ha encontrado mejoría con la niacina, tienen que ser muy estrictos a la hora de ingerirlos. "Tomo 200 miligramos de niacina una hora antes de tener una relación sexual. Es importante que a los 20 minutos más o menos consiga una sensación de rubor, si no es así, no va a funcionar. A partir de entonces tengo tres horas para eyacular", explica Víctor.
David reconoce que, "aunque no resulte igual de beneficioso para todos los que sufren esto, puede ser un buen principio. Hay gente que a la que los psicólogos les dan antidepresivos que no les solucionan nada y son malos para ellos mismos, y otros que prueban cosas más bestias porque esta enfermedad es una pesadilla".
Pero los especialistas avisan de los peligros de automedicarse sin control médico. "Hasta que se encuentre una base común sobre esta enfermedad, si van a empezar a tomar tratamientos que encuentren por internet, es mejor que lo controlen con un médico para evitar efectos secundarios", explica Martínez-Salamanca. "Por ello animo a los que nos puedan estar leyendo y crean que este es su caso a que nos consulten", finaliza.
Mientras, los 400 afectados que se dan cita en el ciberespacio van comentando los 'remedios' que han conseguido mejorar estos síntomas. Víctor, como tantos afectados, decidió probar en sí mismo varios de estos consejos: " La mayoría son naturales, desde el ajo hasta el fenogreco, pero no me solucionaban nada... Hasta que un forero ruso me recomendó la niacina (vitamina B-3), remedio que le había recetado su doctora. Conmigo ha conseguido resultados sorprendentes: aunque siga teniendo el síndrome ya no supone ni el 1% del problema que me suponía en el pasado, pero hay que tener en cuenta que no vale para todo el mundo".
Eso sí, una vez encontrado este remedio, Víctor, al igual que David, que también ha encontrado mejoría con la niacina, tienen que ser muy estrictos a la hora de ingerirlos. "Tomo 200 miligramos de niacina una hora antes de tener una relación sexual. Es importante que a los 20 minutos más o menos consiga una sensación de rubor, si no es así, no va a funcionar. A partir de entonces tengo tres horas para eyacular", explica Víctor.
David reconoce que, "aunque no resulte igual de beneficioso para todos los que sufren esto, puede ser un buen principio. Hay gente que a la que los psicólogos les dan antidepresivos que no les solucionan nada y son malos para ellos mismos, y otros que prueban cosas más bestias porque esta enfermedad es una pesadilla".
Pero los especialistas avisan de los peligros de automedicarse sin control médico. "Hasta que se encuentre una base común sobre esta enfermedad, si van a empezar a tomar tratamientos que encuentren por internet, es mejor que lo controlen con un médico para evitar efectos secundarios", explica Martínez-Salamanca. "Por ello animo a los que nos puedan estar leyendo y crean que este es su caso a que nos consulten", finaliza.
POR: Silvia R. Taberné. ELMUNDO.ES
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA
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