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domingo, 16 de marzo de 2014

África: Cacería al colectivo homosexual. La barbarie como tendencia. "African barbarism"

Mientras que 38 países del continente todavía penalizan las relaciones entre miembros del mismo sexo, activistas de Uganda exigen la anulación de la ley «anti-gay», que contempla penas de hasta cadena perpetua.


Con un hilo de voz, Dennis Wamala reconoce tener miedo. Terror a, simplemente, ser como es. «En los últimos meses se están produciendo numerosos arrestos, la situación es muy complicada», asegura a ABC este ugandés que dirige IceBreakers, una asociación en defensa de los derechos de los homosexuales.

Su cruzada es capital: el pasado mes de febrero, el presidente ugandés, Yoweri Museveni, aprobaba una ley que contempla penas de hasta cadena perpetua a los homosexuales practicantes.

«Tenemos que proteger a los niños de la actual promoción que por parte de los medios de comunicación se hace de la homosexualidad, así como detener la financiación de los lobbies occidentales», asevera a este diario el diputado David Bahati, promotor de la ley. Para el parlamentario, es «necesario criminalizar unas prácticas antinaturales que tan solo corrompen a la sociedad». Esta semana, no obstante, una asociación de activistas -la Coalición de la Sociedad Civil de Derechos Humanos y Derecho Constitucional, que representa a cerca de 50 grupos-, presentó una petición para que la ley sea anulada.

En 2009, el propio Bahati, miembro del gobernante National Resistance Movement (Movimiento de Resistencia Nacional), había planteado una propuesta de ley para casos de «homosexualidad agravante» en la que pedía la pena de muerte. Finalmente fue «reducida» a cadena perpetua.

Solo un año después, en octubre de 2010, el semanario ugandés Rolling Stone -nada que ver con la publicación estadounidense- publicaba una lista de los 100 homosexuales a los que era «preciso colgar». Entre ellos se encontraba David Kato, un activista por la defensa de las minorías sexuales, quien sería asesinado.

«En los últimos tiempos, numerosos miembros del colectivo homosexual, así como sus familiares, han recibido amenazas de muerte, ante el pasotismo absoluto del Gobierno. De igual modo, se insta a la mayoría de ellos a que abandonen los negocios que regentan y se pide a los propietarios de los comercios locales que les niegan la venta de productos básicos», denunciaba recientemente a este periodista Julian Onziema, activista ugandés y compañero de organización de Kato.


Los intereses ocultos

La historia tiene, eso sí, numerosas implicaciones. En 2012, una investigación realizada por el «think tank» Political Research Associates denunciaba cómo grupos evangélicos se han embarcado en el continente africano en una campaña encaminada a fomentar ataques contra el colectivo homosexual.

Para Kapya Kaoma, sacerdote autor del informe, estas organizaciones (entre ellas, el American Center for Law and Justice y Family Watch International) pretenden fomentar la idea de que las relaciones entre miembros del mismo sexo no son intrínsecas a la cultura africana, sino que han sido impuestas por Occidente.

Y la falacia parece contagiarse. Recientemente, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, acusaba al colectivo gay de ser «alimañas» y aseguraba que su Gobierno se enfrentará a ellos de la misma manera que combate a los mosquitos de la malaria.

De igual modo, el mandatario (quien entre otras lindezas también asegura que puede curar el Sida) aseveró que su país «no aceptará ninguna amistad, ayuda o cualquier otro gesto (de otros Estados) que esté condicionado a que aceptemos a los homosexuales o la comunidad LGTB, tal y como los han bautizado los poderes que les promueven (…) Por lo que a mí respecta, LGTB significa lepra, gonorrea, bacterias y tuberculosis».


Tendencia regional

Según datos de la organización Amnistía Internacional, en la actualidad, 38 países del continente africano cuentan con leyes que penalizan las relaciones entre miembros del mismo sexo. De los cinco años de pena de cárcel en Senegal, a cuatro Estados -las 12 regiones musulmanas del norte de Nigeria, Somalia (excluyendo la zona de Somaliland), Mauritania y Sudán-, donde incluso se transita bajo pena de muerte.

Mientras, otros, pretenden endurecer su Código Penal. En enero, el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, refrendaba una ley aprobada por el Parlamento en mayo, por la que las relaciones entre personas del mismo sexo serán castigadas con hasta 14 años de cárcel.

Al otro lado del continente, sus vecinos tampoco le andan a la zaga. En noviembre de 2010, el exprimer ministro de Kenia, Raila Odinga, ordenaba el arresto de todas las parejas homosexuales, ya que su comportamiento resultaba a todos visos «antinatural». A su vez, Odinga («rebautizado» un año antes por el pastor evangélico David Owuor de la National Repentance and Holiness Ministry) reconocía que el reciente censo realizado en el país demostraba que la población está perfectamente dividida en hombres y mujeres, por lo que «no hay necesidad de este colectivo». No en vano, según establece el Código Penal del país africano (artículos del 162 al 165), las prácticas amatorias con el mismo sexo pueden ser castigadas hasta con 14 años de cárcel.

«No entiendo la actual persecución», asegura el ugandés Dennis Wamala. «En el caso de Uganda, la motivación es religiosa. En Nigeria, política. No hay ninguno sentido o nexo común en las medidas tomadas por estos estos países», añade.

Entretanto, Wamala continuará viviendo entre miedos y temores. Su vida depende de ello.


Por: EDUARDO S. MOLANO - ABC.ES
Fotografías: Agencia EFE - Web
Arreglos: Alberto Carrera

viernes, 28 de febrero de 2014

Uganda: Cacería humana. Dolor y muerte en un país salvaje. "Manhunt"

Fue aprobada una ley que contempla cadena perpetua para los homosexuales en ese país. Historias de dolor y desarraigo.


La semana pasada fue aprobada  una ley que contempla cadena perpetua para los homosexuales en Uganda. Hubo repudio desde varios sectores del mundo. Y hay historia desgarradoras del horror que se vive ser gay y vivir allí. 

El testimonio de Jon Naomi, de 38 años, es impresionante. Tuvo que huir de Uganda cuando tenía 17 después de que unos jóvenes homosexuales fueran detenidos y obligados a decir los nombres de todas las personas con esa misma condición sexual. Entre ellos estaba él, según consigna el sitio KienyKe

"Aparecieron y detuvieron a algunos de los chicos gay. Los llevaron a la comisaria y les dieron una paliza. Después los obligaron a decirles los nombres de todos los homosexuales que conocían. Y mi nombre era uno de ellos. En Uganda si eres gay, vives con miedo. Te puede pasar de todo. Te pueden quemar vivo o hacerte quemaduras con cosas de plástico. A nadie le importa: ni a la gente ni a la policía", relata.

En Uganda viven 33 millones de personas y la mayoría ha declarado que ser homosexual es una abominación. La ley recientemente aprobada conocida como la “Ley mata gays” -que contempla cadena perpetua para los homosexuales y pretende “proteger la familia tradicional y a los niños”- se ha convertido en una cacería de brujas.

Jon Wambere, activista por los derechos gay, dijo que cada vez es más difícil la situación de homofobia, ya que ningún ugandés cuestiona a sus líderes políticos y religiosos porque la ley antigay fue impulsada por iglesias cristianas y evangélicas.


¿Qué dice la Ley?

No denunciar al vecino homosexual daría tres años de cárcel. Tener un libro o película de temática gay, siete años de prisión. Convivir en pareja con una persona del mismo sexo y tener relaciones sexuales, cadena perpetua.

Peor aún, el proyecto inicial contemplaba para aquellos denominados “homosexuales reincidentes” la pena de muerte. Este artículo sigue en estudio para ser aprobado.

Los que se declaren gays deben ser expulsados de sus familias y jamás volverán siquiera a dirigirle la palabra. En muchos casos terminan viviendo en las condiciones de mendicidad y vagando por las calles.

La influencia religiosa

En Uganda más del 60% de la población es cristiana, la mayoría son católicos y anglicanos, pero con un rápido crecimiento de número de iglesias pentecostales, los más rigurosos a lo que se refiere a la interpretación de la biblia.

Los líderes religiosos han convencido a sus fieles de que los gays buscan dominar el país e incluso del mundo y que quieren “reclutar” a los niños para convertirlos en homosexuales.

Pastores cristianos llegados de Estados Unidos pregonan que la homosexualidad es una adicción, una enfermedad que puede “curarse” y lo plantean como un tema más importante que la pobreza, la malaria e incluso la propagación del sida. Uno de los más pastores estadounidense con más seguidores Scott Lyvely, que tiene un programa de televisión y escribió el libro llamado “Atención: la esvástica rosa” en el que dice que los homosexuales son el movimiento más peligroso que pueda existir y los acusa de ser los fundadores del nazismo.

Para el líder religioso Salomón Male “Dios está en contra de la homosexualidad y lucharé para no permitir la homosexualidad. Estamos a tiempo y todavía se puede cambiar. Ese es el deseo de Dios”.

Por su parte los medios de comunicación son los que juegan uno de los papeles más importantes en la persecución contra la comunidad LGTBI. El semanario Rolling Stone (que nada tiene que ver con la revista de cultura rock) y Red Pepper, entre otros, sacan en primera plana los listados de nombres y fotografías de los homosexuales “detectados”. Incluso publican las direcciones de sus casas y el nombre de sus lugares de trabajo.

Esta ley causó malestar y repudio en la Unión Europea, uno de los mayores donantes del país africano y también del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien la calificó como “odiosa”. Por eso la aprobación de la ley estuvo frenada desde el 2009 por las críticas internacionales pero fue aprobada el pasado 20 de diciembre.


Tres países europeos retiraron su asistencia a Uganda por la ley antigay.


Holanda anunció el jueves en un comunicado que suspendía el apoyo al gobierno de Uganda, igual que Dinamarca y Noruega, que suspendió recursos por 8 millones de dólares. Con esta “ley antigay” Uganda podría dejar de recibir miles de millones dólares en ayuda humanitaria de parte de la Unión Europea y Estados Unidos.

El gobierno de Uganda afronta severos recortes en la asistencia que recibe del exterior después de que el presidente promulgara una estricta ley contra las personas homosexuales.

Al menos tres países europeos han retirado el equivalente a millones de dólares en apoyo directo al gobierno de Uganda, que depende de las donaciones externas para cubrir el 25% de su presupuesto.

Holanda anunció el jueves en un comunicado que suspendía el apoyo al gobierno de Uganda, igual que Noruega y Dinamarca.

Noruega canceló recursos por ocho millones de dólares aunque se desconocen las cantidades de otras naciones.

Washington también dejó entrever que podría reducir la asistencia a esta nación del este de África.

Las autoridades ugandesas reaccionaron con desdén a los recortes de la asistencia proveniente del exterior.

El presidente ugandés Yoweri Museveni dijo el miércoles ante gobernantes africanos durante una cumbre en el Congo que aunque para Occidente los derechos gay son un asunto "apreciado", "incluso las personas homosexuales necesitan electricidad".


Por: AP.  Diariouno.con.ar  -  Infonews.com
Fotografías: Web
Arreglos: alberto Carrera

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