En el mes del orgullo gay están a punto de revelarse los dictámenes de la Corte Suprema de Justicia en dos casos relacionados al matrimonio entre personas del mismo sexo. Las decisiones que tomarán los magistrados no tienen que ver únicamente con lo que en el futuro pudiera ser un nuevo “estado civil”, sino con principios como el de la igualdad de todos ante la ley, garantizado por la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de Estados Unidos y el de igual protección ante la ley, garantizada por la Quinta Enmienda.
Por varios meses ya, en el icónico edificio de la 1ra calle del noreste de Washington, D.C., los magistrados han leído minuciosamente los argumentos en los dos casos que aceptaron revisar: el primero relacionado a la Proposición 8 de California, la célebre enmienda que invalidó el derecho de los homosexuales a casarse, y el segundo el argumento de una mujer afectada por una ley federal que le impidió gozar de beneficios que se dan por descontados para los heterosexuales.
Quizás la demanda más publicitada o la que más se ha discutido sea Hollyngsworth v. Perry, que examina la enmienda constitucional de California que eliminó el derecho de las parejas homosexuales a casarse después que ya lo habían ganado. Esa Proposición 8 aprobada en las urnas fue desafiada en las cortes y en su momento los jueces determinaron que haberles quitado a los gay el derecho a casarse fue inconstitucional. Sin embargo, los promotores de la enmienda insistieron en mantenerla vigente y pidieron a la Corte Suprema que se pronunciara.
Quizás la demanda más publicitada o la que más se ha discutido sea Hollyngsworth v. Perry, que examina la enmienda constitucional de California que eliminó el derecho de las parejas homosexuales a casarse después que ya lo habían ganado. Esa Proposición 8 aprobada en las urnas fue desafiada en las cortes y en su momento los jueces determinaron que haberles quitado a los gay el derecho a casarse fue inconstitucional. Sin embargo, los promotores de la enmienda insistieron en mantenerla vigente y pidieron a la Corte Suprema que se pronunciara.
Caso emblemático
Sin embargo el caso más emblemático es el contenido en la demanda presentada como EEUU vs. Windsor. Este fue un desafío legal a la Sección 3 de la ley DOMA por la que el gobierno federal no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo. A consecuencia de esta legislación, cuando Thea Spyer falleció, Edith Windsor no tuvo los mismos privilegios, beneficios ni derechos que los que hubiera tenido si hubiera sido la viuda de un hombre.
El matrimonio en Canadá de Edith y Thea fue reconocido en Nueva York, por lo que con el fallecimiento de Thea, Edith se convirtió en viuda ante los ojos del estado. Pero la Oficina de Impuestos -el IRS- no reconoció su estatus y la obligó a pagar $360 mil en impuestos.
Según expertos, de haber estado casada con un hombre Windsor no hubiese tenido que pagar tanto por los bienes que heredó. El caso de Windsor representa la lucha por los más de mil beneficios que se otorgan “automáticamente” a los matrimonios heterosexuales pero que no existen para los homosexuales en pareja. De ello están al tanto los tribunales en los que se han peleado, pero es la Corte Suprema a quien le toca determinar si esa ley viola o no principios constitucionales.
Del lado de quienes defienden la igualdad se puso la Casa Blanca que, para facilitar el camino, desistió de defender DOMA.
Sin embargo el caso más emblemático es el contenido en la demanda presentada como EEUU vs. Windsor. Este fue un desafío legal a la Sección 3 de la ley DOMA por la que el gobierno federal no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo. A consecuencia de esta legislación, cuando Thea Spyer falleció, Edith Windsor no tuvo los mismos privilegios, beneficios ni derechos que los que hubiera tenido si hubiera sido la viuda de un hombre.
El matrimonio en Canadá de Edith y Thea fue reconocido en Nueva York, por lo que con el fallecimiento de Thea, Edith se convirtió en viuda ante los ojos del estado. Pero la Oficina de Impuestos -el IRS- no reconoció su estatus y la obligó a pagar $360 mil en impuestos.
Según expertos, de haber estado casada con un hombre Windsor no hubiese tenido que pagar tanto por los bienes que heredó. El caso de Windsor representa la lucha por los más de mil beneficios que se otorgan “automáticamente” a los matrimonios heterosexuales pero que no existen para los homosexuales en pareja. De ello están al tanto los tribunales en los que se han peleado, pero es la Corte Suprema a quien le toca determinar si esa ley viola o no principios constitucionales.
Del lado de quienes defienden la igualdad se puso la Casa Blanca que, para facilitar el camino, desistió de defender DOMA.
Clima de expectación
No hay claridad en lo que decidirá el máximo órgano de justicia de la nación, y puede que no quede tan claro como en blanco y negro. En el caso de la Proposición 8 el dictamen pudiera, o afectar únicamente a California o establecer jurisprudencia sobre la manera como deben actuar el resto de los estados.
En el caso de la demanda al Defense of Marriage Act, los activistas se sienten más optimistas de que la célebre Sección 3 será invalidada. Este dictamen favorable abriría las puertas para que en un futuro un ciudadano gay pueda hacer un reclamo migratorio de su pareja y pedir una visa para el fiancé sin estatus con quien convive. Según el Instituto Williams de UCLA, en la nación hay más de 20 mil parejas donde una persona tiene ciudadanía y la otra es indocumentada.
Lo que sí es notorio, antes de divulgarse el dictamen de los magistrados, es el efecto que la lucha LGTB ha tenido en el resto de la población. Recientes encuestas nacionales y regionales muestran que ha crecido la aceptación hacia los homosexuales y mejoró la percepción sobre la protección de sus derechos, incluso entre los grupos más conservadores o religiosos.
No hay claridad en lo que decidirá el máximo órgano de justicia de la nación, y puede que no quede tan claro como en blanco y negro. En el caso de la Proposición 8 el dictamen pudiera, o afectar únicamente a California o establecer jurisprudencia sobre la manera como deben actuar el resto de los estados.
En el caso de la demanda al Defense of Marriage Act, los activistas se sienten más optimistas de que la célebre Sección 3 será invalidada. Este dictamen favorable abriría las puertas para que en un futuro un ciudadano gay pueda hacer un reclamo migratorio de su pareja y pedir una visa para el fiancé sin estatus con quien convive. Según el Instituto Williams de UCLA, en la nación hay más de 20 mil parejas donde una persona tiene ciudadanía y la otra es indocumentada.
Lo que sí es notorio, antes de divulgarse el dictamen de los magistrados, es el efecto que la lucha LGTB ha tenido en el resto de la población. Recientes encuestas nacionales y regionales muestran que ha crecido la aceptación hacia los homosexuales y mejoró la percepción sobre la protección de sus derechos, incluso entre los grupos más conservadores o religiosos.
Un ejemplo de esto último fue el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo expresado por el 49% de los católicos y 49% de los protestantes que participaron en una encuesta del Centro Pew. Entre la población en general, bajó a menos de 40% la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo y el apoyo llegó a 56%. Siete de cada 10 personas dijeron que lo decida la Corte Suprema o lo decidan los estados en el futuro el matrimonio gay es un asunto “inevitable”.
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