El futbolista gay ya existe y juega en el antiguo equipo de David Beckham. Robbie Rogers encarnó el domingo al tan esperado jugador abiertamente homosexual el partido del Galaxy contra el Seattle Sounders pasará a la historia del deporte estadounidense.
Quedaban apenas 13 minutos para que acabara un partido que, con cuatro goles a cero, el Galaxy ya había ganado ante el Seattle Sounders. Pero el momento histórico para el fútbol aún estaba por llegar. Se fue al banquillo al centrocampista brasileño Juninho y entró en su lugar Robbie Rogers. Ahí comenzaba la gesta en el campo del equipo de Los Ángeles. Tres meses antes, Rogers, 26 años, había abandonado la plantilla del Leeds inglés tras salir públicamente del armario. El domingo debutó en el Galaxy y se convirtió en el primer futbolista abiertamente homosexual en jugar un partido de la liga profesional estadounidense. Y la ovación de los 24.811 espectadores que llenaban el Home Depot Center fue tímida, pero unánime.
La prensa estadounidense relató el partido como una verdadera hazaña. Robbie Rogers no solo ha hecho historia en el mundo del fútbol, sino también en el panorama general del deporte estadounidense. En las cinco grandes ligas masculinas que existen en el país, jamás un deportista había disputado un encuentro tras salir del armario. A finales de abril, el jugador de baloncesto Jason Collins hizo pública su homosexualidad y se convirtió en el primer atleta en activo en hacerlo, pero la temporada acababa de terminar y el pívot aún no se ha enfrentado al público de un partido.
“Dentro de muchos años, la gente no recordará el marcador de este encuentro. Pero se acordarán del momento en que ese chico entró al campo”, comentaba el domingo en la cadena ESPN el exdirectivo del Galaxy Alexi Lalas, uno de los negociadores del fichaje de David Beckham por el equipo de Los Ángeles. “Eso es genial. Es lo importante”. El analista no dudaba en comparar ambas figuras del balompié. “Sin duda, esto es más histórico. A lo mejor no es tan grande en términos mediáticos y de atención. Pero, ¿qué pasa si pensamos en lo que realmente va a trascender?”.
Robbie Rogers lleva toda la vida jugado fútbol. Empezó a los cuatro años, en un equipo de una organización juvenil. A los siete, varios cuadros de las ligas infantiles de Los Ángeles peleaban por su fichaje. Luego vinieron los campeonatos escolares y la Universidad de Maryland, desde donde, tras pasar por equipos menores, dio el salto definitivo al Columbus Crew. La Selección Nacional de fútbol y las ofertas de Europa vinieron después. Pero en las últimas temporadas, su carrera empezaba a ir cuesta abajo, lo que él siempre achacó a las lesiones. Sin embargo, lo que le pasaba tenía un origen más profundo y, tras jugar una temporada en el Leeds, decidió escribirlo todo en una entrada en su blog personal. Salió del armario y se alejó del deporte. "El fútbol era mi escape, mi propósito, mi identidad. Escondía mi secreto, me daba más alegrías de las que nunca pude haberme imaginado... Siempre estaré agradecido por mi carrera", dijo entonces.
No habló de retirarse definitivamente, solo de "dar un paso a un lado" y descubrirse a sí mismo. Por eso, su representante no se cansó de estimularlo a regresar durante los meses que siguieron a su confesión. El mejor escenario: su hogar en Los Ángeles.
El partido del domingo no fue fácil de enfrentar. “No paraba de repetirme a mí mismo la palabra normal", contó tras su regreso en The New York Times. "Todo esto es normal, normal, normal… pero realmente es más que eso. Estar de vuelta es muy bueno. Estoy muy emocionado de dar este paso adelante”, confesó. Durante el partido, la técnica del jugador apenas se lució. No tocó el balón más de cinco veces, pero era su primera aparición desde diciembre. Y, sin duda, la más trascendental. “La parte fácil ya ha pasado”, aseguró Bruce Arena, el entrenador del Galaxy. “Ahora queda lo difícil: posicionarlo para jugar. Y eso nos tomará algún tiempo".
El partido del domingo no fue fácil de enfrentar. “No paraba de repetirme a mí mismo la palabra normal", contó tras su regreso en The New York Times. "Todo esto es normal, normal, normal… pero realmente es más que eso. Estar de vuelta es muy bueno. Estoy muy emocionado de dar este paso adelante”, confesó. Durante el partido, la técnica del jugador apenas se lució. No tocó el balón más de cinco veces, pero era su primera aparición desde diciembre. Y, sin duda, la más trascendental. “La parte fácil ya ha pasado”, aseguró Bruce Arena, el entrenador del Galaxy. “Ahora queda lo difícil: posicionarlo para jugar. Y eso nos tomará algún tiempo".
“Fue realmente perfecto”, recordaba Rogers al día siguiente. “Ganamos, que es lo más importante. Mi familia estaba allí, mis amigos. Mis abuelos. He intentado imaginarme este momento todo el tiempo durante este largo viaje. Y finalmente, aquí estoy. Creo que justamente en el lugar preciso”.
POR: Cecilia Hertrampf - ELPAIS.COM
FOTOGRÀFIAS: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA
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