EN LONDRES, LA CAMARA DE LOS COMUNES VOTA HOY LA PROPUESTA DE MATRIMONIO IGUALITARIO.
Final abierto para el matrimonio gay. Después de haber esquivado un posible fracaso, un acuerdo entre conservadores y laboristas abre la puerta a una virtual media aprobación del matrimonio gay. La ley permite el casamiento por credo, pero lo prohíbe en las iglesias oficiales.
Final abierto para el matrimonio gay. Después de haber esquivado un posible fracaso, un acuerdo entre conservadores y laboristas abre la puerta a una virtual media aprobación del matrimonio gay. La ley permite el casamiento por credo, pero lo prohíbe en las iglesias oficiales.
A último momento, cuando el proyecto parecía encaminado a fracasar, un acuerdo entre parlamentarios laboristas y un sector de los conservadores volvió a acercar la posibilidad de que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea legal en Gran Bretaña. El primero de los pasos decisivos será hoy, cuando la Cámara de los Comunes vote la ley presentada por el gobierno de la coalición de conservadores y liberal-demócratas, que cuenta con el aval explícito del primer ministro David Cameron, algo que profundizó la crisis dentro del Partido Conservador. De conseguir la mayoría de votos positivos, la iniciativa pasará a la Cámara de los Lores. El gobierno británico, al proponer la sanción de la ley, había estimado que para el verano de 2014 las parejas del mismo sexo podrían casarse en Inglaterra y Gales; el proyecto contempla también la celebración de bodas religiosas a las confesiones que lo deseen hacer, con la excepción explícita de las iglesias de Inglaterra y Gales oficiales. Sondeos publicados el domingo aseguraban que la ley en debate tiene el apoyo del 54 por ciento de la población.
La de ayer fue la tercera vez que la Cámara de los Comunes trató el proyecto de matrimonio para parejas del mismo sexo, luego de que, en su segundo tratamiento, realizado en febrero, se le introdujeran modificaciones para lograr acuerdos entre partidos. En la reunión, que duró cerca de cinco horas, el debate se centró menos en el texto de la iniciativa que en el debate por una enmienda presentada por un diputado conservador que, de acuerdo con el gobierno de Cameron, tenía por objetivo hacer “descarrilar” el proyecto de bodas civiles. Se trataba de la moción del ex secretario de Estado para la Familia Tim Loughton, quien propuso que la ley de uniones civiles –vigente desde 2005– acogiera también a parejas heterosexuales. Downing Street aseguró que la aplicación de esa enmienda implicaría un costo adicional de 4 mil millones de libras (6100 millones de dólares, 4700 millones de euros) y retrasaría hasta dos años la entrada en vigor de la ley. Con su propuesta, Loughton esperaba lograr el respaldo de sectores conservadores fuertemente opuestos a la nueva ley de matrimonio y también de los defensores de la igualdad.
Ayer por la mañana, el viceprimer ministro liberal demócrata, Nick Clegg, que incluyó el matrimonio igualitario entre sus promesas de campaña, había advertido que se opondría a la propuesta de Loughton. “Haré lo que considere mejor para resguardar el proyecto de ley y asegurarme de que no es secuestrado por quienes tienen como motivo oculto desacreditar o hacer descarrilar la legislación”, señaló.
La enmienda tuvo el apoyo de 70 diputados, en su mayoría “tories”. Fue vencida por 375 votos, surgidos de la coalición gubernamental y de la oposición del Partido Laborista. Para entonces, el debate también salpicaba a la figura del primer ministro Cameron, acusado por distintos sectores de no poder contar con el apoyo de los legisladores de su propio partido. “No podemos permitir que la incapacidad de David Cameron para controlar su propio partido haga naufragar el proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario”, tuiteó antes del debate el líder laborista Ed Miliband. “El compromiso del Partido Laborista es inquebrantable”, agregó.
La semana pasada, Cameron se había visto obligado a formalizar su promesa de referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) para tratar de aplacar una rebelión interna, en medio del auge del partido eurófobo UKIP, que le enajena el favor de votantes cercanos a la derecha. Interrogado sobre si Cameron estaba decidido a llevar a buen término el proyecto de ley sobre el matrimonio para parejas del mismo sexo, un vocero de Downing Street aseguró que “el gobierno tiene un programa legislativo que es el que está siguiendo”.
En la primera votación, celebrada el 5 de febrero en la Cámara de los Comunes, el proyecto de ley presentado por el gobierno fue aprobado con el respaldo de 400 diputados, mientras que otros 175 votaron en contra. La iniciativa ya superó aquel primer obstáculo gracias a una mayoría de laboristas y liberal-demócratas, puesto que casi 140 de los 305 diputados conservadores se opusieron.
En Inglaterra, la ley permite que las parejas del mismo sexo adopten hijos y recurran a vientres de alquiler, siempre que las madres gestantes no reciban una remuneración en contrapartida.
POR: PAGINA12.COM.AR
FOTOGRÀFIA: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA
La de ayer fue la tercera vez que la Cámara de los Comunes trató el proyecto de matrimonio para parejas del mismo sexo, luego de que, en su segundo tratamiento, realizado en febrero, se le introdujeran modificaciones para lograr acuerdos entre partidos. En la reunión, que duró cerca de cinco horas, el debate se centró menos en el texto de la iniciativa que en el debate por una enmienda presentada por un diputado conservador que, de acuerdo con el gobierno de Cameron, tenía por objetivo hacer “descarrilar” el proyecto de bodas civiles. Se trataba de la moción del ex secretario de Estado para la Familia Tim Loughton, quien propuso que la ley de uniones civiles –vigente desde 2005– acogiera también a parejas heterosexuales. Downing Street aseguró que la aplicación de esa enmienda implicaría un costo adicional de 4 mil millones de libras (6100 millones de dólares, 4700 millones de euros) y retrasaría hasta dos años la entrada en vigor de la ley. Con su propuesta, Loughton esperaba lograr el respaldo de sectores conservadores fuertemente opuestos a la nueva ley de matrimonio y también de los defensores de la igualdad.
Ayer por la mañana, el viceprimer ministro liberal demócrata, Nick Clegg, que incluyó el matrimonio igualitario entre sus promesas de campaña, había advertido que se opondría a la propuesta de Loughton. “Haré lo que considere mejor para resguardar el proyecto de ley y asegurarme de que no es secuestrado por quienes tienen como motivo oculto desacreditar o hacer descarrilar la legislación”, señaló.
La enmienda tuvo el apoyo de 70 diputados, en su mayoría “tories”. Fue vencida por 375 votos, surgidos de la coalición gubernamental y de la oposición del Partido Laborista. Para entonces, el debate también salpicaba a la figura del primer ministro Cameron, acusado por distintos sectores de no poder contar con el apoyo de los legisladores de su propio partido. “No podemos permitir que la incapacidad de David Cameron para controlar su propio partido haga naufragar el proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario”, tuiteó antes del debate el líder laborista Ed Miliband. “El compromiso del Partido Laborista es inquebrantable”, agregó.
La semana pasada, Cameron se había visto obligado a formalizar su promesa de referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE) para tratar de aplacar una rebelión interna, en medio del auge del partido eurófobo UKIP, que le enajena el favor de votantes cercanos a la derecha. Interrogado sobre si Cameron estaba decidido a llevar a buen término el proyecto de ley sobre el matrimonio para parejas del mismo sexo, un vocero de Downing Street aseguró que “el gobierno tiene un programa legislativo que es el que está siguiendo”.
En la primera votación, celebrada el 5 de febrero en la Cámara de los Comunes, el proyecto de ley presentado por el gobierno fue aprobado con el respaldo de 400 diputados, mientras que otros 175 votaron en contra. La iniciativa ya superó aquel primer obstáculo gracias a una mayoría de laboristas y liberal-demócratas, puesto que casi 140 de los 305 diputados conservadores se opusieron.
En Inglaterra, la ley permite que las parejas del mismo sexo adopten hijos y recurran a vientres de alquiler, siempre que las madres gestantes no reciban una remuneración en contrapartida.
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