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viernes, 29 de agosto de 2014

Chile: Mauricio Ruiz primer militar en declarase homosexual. "Military Gay"

Militar chileno anuncia que es gay y causa revuelo en la Armada. Mauricio Ruiz tiene 24 años y es oficial de la Marina. Espera que su testimonio aliente a otras personas a “salir del armario”.


Por primera vez en Chile, un país conservador, un miembro de las Fuerzas Armadas asumió públicamente su homosexualidad hoy: "No hay nada mejor que ser uno mismo", aseguró Mauricio Ruiz en rueda de prensa.

Ruiz, oficial de la Marina chilena, decidió hablar con sus superiores sobre su homosexualidad "por respeto hacia (sí) mismo", para no tener que llevar una doble vida ni ocultar quién es. Las mismas razones por las que hoy habló ante una sala repleta de prensa.


Ruiz se convierte así en la primera persona en Chile en "salir del armario" en una institución tradicional como las Fuerzas Armadas, en la que se han vivido episodios de discriminación con anterioridad.

"Para mí es muy importante dar este paso, porque estar reprimido es no aceptar lo que soy y eso me hace infeliz", señaló.


"Me he dado cuenta que muchos uniformados no apoyan a la homosexualidad no porque estén en contra, sino porque el grupo social como conjunto decidió que la homosexualidad es un problema y se decidió alejarla", apunta.

El anuncio fue destacado por las organizaciones de defensa de derechos de homosexuales de Chile, uno de los últimos en aprobar el divorcio -tan sólo en 2004-, que sigue discutiendo una ley de uniones civiles que los ampare, y que se ha visto conmocionado por episodios de brutal discriminación.


La violenta muerte de un joven gay, Daniel Zamudio, a manos de un grupo de supuestos neonazis, empujó a la aprobación en 2012 de una Ley Antidiscriminación que sanciona los actos arbitrarios motivados por orientación sexual, raza o condición social. 

Para Ruiz "no ha sido muy fácil en lo personal dar este paso", pero se sorprendió de que no haya sido un hecho "tan criticado" como esperaba. 


"Fue súper grato hablar con mis personas cercanas, me di cuenta que no sabía a qué tenía miedo", afirmó el oficial, quién también contó con el apoyo de su pareja, un poco reacia al principio porque temía sobre su seguridad, pero presente en el acto.

Apoyo de la Armada

"Por respeto a mí mismo decidí informar a mi institución de mi condición sexual. Me siento contento porque ya no voy a tener que estar fingiendo nada, como hacía antes", dice el oficial, de 24 años, tímido y avasallado por la presión de las cámaras.

El soldado afirmó que tuvo complicaciones con personas en su ámbito profesional, pero rechazó especificar cuáles, e insistió en que reportó los problemas y sus superiores las atajaron.

Las Fuerzas Armadas se abrieron recientemente a trabajar con grupos de minorías sexuales para mejorar la inclusión en las distintas ramas, y autorizaron a Ruiz a dar su testimonio.

"Espero que esto sea un aporte a la no discriminación en mi sociedad. Las personas que somos homosexuales no tenemos por qué estar escondidos, podemos ejercer cualquier profesión", afirmó.

"El tomó una decisión pionera, propia de aquellos valientes que dan el primer paso", señaló de su parte Oscar Rementeria, portavoz del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) chileno.

"Quería dar su testimonio para enviar un mensaje a sus pares en las Fuerzas Armadas, que son homosexuales pero que debido a la profunda homofobia cultural que hay en la institución castrense no podía llevar una vida plena", agregó Rementeria.

Una vida plena que para Mauricio Ruiz podría suponer acudir este año a la cena anual de la institución con su pareja, algo que afirma estar considerando.

Entrevista CNN


Por: Patricia Luna / AFP /  Losandes.com.ar / CNN
Imagenes: Web
Arreglos:AC

viernes, 9 de agosto de 2013

Brasil: Ejército debe reconocer matrimonio gay.

Un tribunal de justicia ordenó el viernes que el Ejército brasileño debe reconocer un matrimonio de personas del mismo sexo entre un sargento y su compañero. El juez Elio Siqueira afirmó que la pareja tiene los mismos derechos que las parejas heterosexuales en cuestiones como pensión alimenticia y beneficios por desempleo.


La abogada del sargento dijo el viernes que se trata de "la primera vez que un tribunal ordena al Ejército a reconocer una unión de personas del mismo sexo de uno de sus oficiales".

La abogada Laurecilia de Sa Ferraz explicó que apeló a la justicia después que el Ejército se negó a reconocer la unión civil con el compañero del sargento, un estudiante de ciencias de la computación.

El Ejército indicó que no tenía declaraciones que dar porque no ha sido notificado oficialmente sobre el fallo.


 POR: AGENCIA AP  /  TERRA.COM.AR
FOTOGRAFÌA: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA


jueves, 13 de junio de 2013

INGLATERRA: SOLDADO GAY SALVADO DE ATAQUE HOMÒFOBO POR EL PRÌNCIPE HARRY. "ACTITUD DE VALORES"

LO CUENTA LA VÍCTIMA EN UN LIBRO "OUT IN THE ARMY"
El príncipe Harry defiende a un soldado gay de un ataque homófobo. El miembro más rebelde de la familia real inglesa es de nuevo noticia pero en esta ocasión es por un buen hecho. El príncipe Harry defendió a un militar gay de un ataque homófobo mientras ambos pasaban un periodo de entrenamiento en Canadá. Así lo ha afirmado la víctima, James Wharton, en un libro que acaba de sacar donde cuenta sus experiencias dentro del ejército británico como soldado gay.


“Siempre estaré agradecido a Harry y nunca voy a olvidar lo que pasó. Hasta que él se acercó y se ocupó de alejarlos, todo iba camino a una paliza”, asegura el cabo James Wharton en un libro sobre sus años en el Ejército Británico, en los que dedica unas páginas a relatar los hechos sucedidos durante unas maniobras en Canadá en 2008.
 
"Creo que voy a ser asesinado", le contó el cabo Wharton a Harry cuando seis soldados pertenecientes a otro regimiento amenazaron con golpearlo.


"Me metí en la torreta (de un tanque militar) y le hablé a Harry exactamente de lo que había sucedido. Tenía una mirada completa de desconcierto en su rostro. No podía dejar de llorar. Él dijo: 'Voy a resolver esto de una vez por todas'".

El príncipe, quien entonces era comandante de tropa de los Blues and Royals, se enfrentó a los verdugos y avisó a sus superiores. Wharton y Harry compartieron varias semanas juntos en un tanque y se convirtieron en grandes amigos, incluso intercambiaron información sobre la vida privada. Por ejemplo, Wharton contó que Harry le reveló detalles sobre su “primera vez”.


Después de conocerse los hechos, el hijo de Diana de Gales recibió numerosos elogios. El secretario de Defensa británico Shadow Jim Murphy declaró: “Todo el país aplaudirá al príncipe Harry. Nuestras fuerzas deben reflejar la Gran Bretaña de hoy en día que tan duro luchan por defender”.

El coronel Bob Stewart, que dirigió las tropas británicas en Bosnia, agregó: “Bien hecho, Harry, excelente liderazgo. Es típico de él y típico de jóvenes oficiales del ejército británico de hoy, realmente excelente”.
Mientras Ben Summerskill, de la asociación LGTB Stonewall señaló: “Me quito el sombrero ante él por proteger a James Wharton”.








El soldado participò en 2010 en una campaña contra el bullying homofóbico en el Ejército.


POR: INFOBAE.COM
FOTOGRAFÌAS: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA


lunes, 1 de abril de 2013

LEONARD MATLOVICH: LA LUCHA DE UN SOLDADO HOMOSEXUAL EN ESTADOS UNIDOS

Leonard Matlovich, el aviador gay que desafió al ejército de Estados Unidos. Fue el primer militar que desafió la exclusión de homosexuales del ejército estadounidense.

Matlovich se convirtió en símbolo de la lucha por los derechos civiles.

En 1975, Leonard Matlovich se convirtió en una figura emblemática de la lucha por los derechos civiles de los gays, cuando apareció en una entrevista en televisión admitiendo que no podía seguir ocultando su homosexualidad.

"Me desgarra por dentro", afirmó entonces. "Mi conciencia no me permite seguir haciéndolo. Debo dar un paso al frente y decir: Estados Unidos, no más".

Matlovich era la clase de militar orgulloso de sí mismo. Sirvió como voluntario tres veces en Vietnam, resultó herido mientras buscaba y removía minas antipersonales y recibió las condecoraciones Corazón Púrpura y la Estrella de Bronce.


En ese tiempo, David Addlestone trabajaba como abogado en la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos y había estado buscando a un soldado gay que se prestara para hacer frente a la discriminación de los homosexuales en el ejército.

"Él era el caso perfecto", cuenta Addlestone, quien esperaba que la excelente hoja de servicios de Matlovich hiciera que la Fuerza Aérea se lo pensara dos veces antes de expulsarlo.

Addlestone, sin embargo, le advirtió al aviador que era probable que lo echaran y que "perdería 13 años de servicio militar y una pensión".

Pero "Leonard dijo que ya no podía vivir en una mentira", recuerda el abogado.



Religioso y conservador
 
Matlovich había asumido su homosexualidad dos años antes, a la edad de 30 años.

Sus padres eran profundamente religiosos y muy conservadores –su padre también había servido en la aviación militar– y él mismo era un devoto católico.

"Nosotros éramos una familia de las que se preocupan por lo que piensan de ella sus vecinos", cuenta su sobrina Vicky Walker. "Teníamos que hacer todo en forma correcta. No nos dejaban ni beber soda. Mi abuelo era muy estricto, cariñoso, pero muy estricto".


En conversación con la BBC, Michael Bedwell, un activista por los derechos de los gays que fue un gran amigo y compañero de piso de Matlovich durante muchos años, contó que "él supo desde chico que era diferente".

"Sentía asco de sí mismo fundamentalmente por su educación conservadora y religiosa", indicó Bedwell.

"Leonard incluso admitió que una de las razones que lo habían llevado a presentarse como voluntario para Vietnam era un deseo subconsciente de muerte, de suicidio… Pensamientos de los que se arrepintió mucho después", aseguró.

Bedwell recordó que Matlovich asumió plenamente su homosexualidad sólo cuando comenzó a frecuentar bares gays y a conocer gente que lo inspiró con modelos positivos, como una ejecutiva de banco lesbiana.

"Empezó a conocer gente que era diferente a los estereotipos con los que había crecido, personas que contribuían a la sociedad", apuntó.

Leonard Matlovich fue herido mientras buscaba minas antipersonas.

Matlovich había aceptado que era gay, pero no lo había hecho público más allá de un pequeño grupo de amigos, ni siquiera con su propia familia.

Para entonces, estaba trabajando como instructor de relaciones raciales en la Fuerza Aérea, un rol que los militares habían introducido como respuesta al movimiento de defensa de los derechos civiles.

"En Vietnam había conocido soldados negros y había empezado a cuestionar el racismo con el que había crecido", relató Bedwell, que cree que estas experiencias impulsaron a Matlovich a sincerarse con sus superiores.

"A Leonard le habían enseñado que Estados Unidos era la tierra de la libertad, y se dio cuenta que, de la misma forma en que nuestro país había estado mal en negar esa libertad a la gente de color, estaba mal negársela a los gays".

La tumba de Leonard Matlovich en Washington lo recuerda como "veterano gay".
Me dieron una medalla por matar a dos hombres y me pasaron a retiro por amar a uno." Epitafio en la tumba de Leonard Matlovich en el Cementerio Congresal de Washington

Estado público

Matlovich escribió una carta a su comandante revelando su homosexualidad y pidiendo que con él se hiciera una excepción por su hoja de servicios.

El oficial "la miró y dijo 'rómpela y lo olvidaremos’, pero él se negó", recuerda Addlestone.

La Fuerza Aérea respondió con un procedimiento de pase a retiro.

Bedwell asegura que a esas alturas Matlovich se había sincerado con su madre, quien le había rogado que no se lo contara a su padre por temor a que la culpara a ella.


"Ella pensó que algo había hecho mal", dice Bedwell, "y le aconsejó que viera a un psiquiatra".

Pero Addlestone quería que el caso tomara estado público, así que en el Día de los Caídos de 1975 –una fecha que homenajea a los soldados que murieron en servicio- Matlovich habló con el periódico New York Times.

Le siguió una entrevista en el canal de televisión CBS esa misma tarde, así que el aviador decidió hablar con su padre. Pero cuando lo llamó para contarle, él ya se había enterado por la prensa.

"La reacción de su padre fue muy emocional", afirma Bedwell. "Se fue a llorar a su habitación. Pero luego salió y dijo: 'Si él puede soportarlo, yo también'".


Hubo más entrevistas y en septiembre de 1975, justo antes de que comenzara la audiencia de su pase a retiro, se convirtió en la primera persona gay que apareció en la portada de la revista Time declarando "soy homosexual".

"Fue un símbolo para los derechos de los gays”, rememora Bedwell. "Se convirtió en un héroe, especialmente para aquellos que estaban en el ejército. Yo recuerdo el día que asesinaron a Kennedy y el día en que Matlovich salió en la revista Time".

Addlestone dice que la aparición de Matlovich en los medios tuvo un gran efecto en Estados Unidos. "Él era patriota, un héroe de guerra conservador y de clase media. Destruyó el mito popular sobre la homosexualidad".

Bedwell añade que era "muy modesto, no era el homosexual estereotípico".


Matar y amar

Pronto se decidió que no era apto para el servicio. Habían recomendado un retiro común o sin honores, pero después de mucho batallar consiguió un retiro honorable.

Él apeló y cinco años más tarde, tras un largo proceso legal, un juez ordenó que Matlovich fuera readmitido y promovido.

La Fuerza Aérea le ofreció un acuerdo financiero y -convencido de que el ejército encontraría alguna otra razón para expulsarlo si volvía a filas- aceptó.

Leonard Matlovich salió en la portada de la revista Time asumiendo su homosexualidad.

Addlestone cuenta que miembros de la comunidad gay pidieron a Matlovich que volviera al ejército, por lo que la decisión de no volver fue muy difícil.

Después, Matlovich se involucró en otras causas por los derechos de los gays y abrió un restaurante. Addllestone afirma que su popularidad creció y, como una celebridad, atrajo a lo que él denomina "fans gays".

"Todos querían salir y tener sexo con él", recuerda quien fuera su abogado.

En 1986 fue diagnosticado como HIV positivo. Al año siguiente hizo otra declaración pública sorprendente al revelar en una entrevista televisiva cómo se había contagiado.

"Lo vi en Washington D.C. cuando se estaba muriendo", relata el letrado. "No se arrepentía de nada y se había reconciliado con su padre. El único problema que tenía era que se había convertido en una celebridad. Él era un ser humano muy modesto".


Matlovich murió en 1988. En su tumba en el Cementerio Congresal de Washington puede leerse esta inscripción: "Cuando estaba en el ejército, me dieron una medalla por matar a dos hombres y me pasaron a retiro por amar a uno".



POR: Naveena Kottoor.  BBC.CO.UK
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA

martes, 12 de febrero de 2013

EEUU: EL PENTÀGONO EXTIENDE BENEFICIOS PARA PAREJAS HOMOSEXUALES

Pentágono extiende beneficios a parejas gay. El Pentágono decidió exteder a cónyuges del mismo sexo determinadas prestaciones sociales, una decisión inscrita en la derogación del tradicional tabú gay en las fuerzas armadas de Estados Unidos, anunció el lunes el secretario de Defensa Leon Panetta.


En un memorando, el jefe del Pentágono, en una medida que será uno de los últimos actos antes de ser reemplazado por Chuck Hagel, dice que “ la discriminación basada en la orientación sexual no tiene cabida en las fuerzas armadas ” .

Se detallaron 22 medidas aplicables desde la fecha hasta finales de agosto para permitir que parejas del mismo sexo puedan disfrutar de los mismos beneficios que las parejas heterosexuales casadas. Entre ellas se encuentran la licencia en caso de emergencias, la posibilidad para dos compañeros homosexuales y militares de estar destinados en el mismo o tener una indemnización en caso de fallecimiento o invalidez del cónyuge.


El Pentágono estima que la población concernida en cerca de 5.600 personas activas, 17.000 incluyendo a la Guardia Nacional, la Reserva y los jubilados. Desde que el Pentágono levantó en setiembre de 2011 la prohibición para que homosexuales declarados sirvan como militares, ha lidiado con interrogantes acerca de los beneficios a las parejas de estos soldados, ya que debe cumplir con una ley que prohíbe al gobierno federal conceder a las parejas gays el mismo estatus legal que a aquéllas de personas heterosexuales. 



Sin embargo, las autoridades han estado buscando formas de extender ciertos beneficios que se otorgan a las parejas heterosexuales sin violar la ley de Defensa del Matrimonio de 1996. La decisión del Pentágono está en consonancia con el discurso inaugural del presidente Barack Obama el mes pasado, en el que abogó por la igualdad de derechos para los “ hermanos y hermanas gays ” .


POR: AFP / ELCOMERCIO.COM
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA


viernes, 17 de febrero de 2012

VIDELA Y LA IGLESIA: CÒMPLICES DEL PASADO

DECLARACIONES DEL DICTADOR JORGE RAFAEL VIDELA, CONDENADO A PRISION PERPETUA POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD.

La voz del represor que confirma sus crímenes.

El máximo responsable de la última dictadura militar habló con la revista española Cambio 16. Dijo que recibió la colaboración de la Iglesia y el empresariado. Justificó el golpe, la represión y se consideró víctima de “la venganza”.


Desde su celda en el penal de Campo de Mayo, Jorge Rafael Videla dio un largo reportaje a la revista española Cambio 16, a la que dijo que durante la dictadura tuvo “una relación excelente” con la Iglesia, que los empresarios “también colaboraron”, que días antes de tomar el poder Ricardo Balbín les preguntaba, ansioso, cuándo se iban a decidir, que los decretos de Italo Argentino Luder les habían dado “licencia para matar”, y que, a fin de cuentas, si hoy en la Argentina hay militares presos por los crímenes cometidos en aquellos años es porque el matrimonio Kirchner, por “un espíritu de absoluta revancha”, impulsó la reapertura de los juicios. Tras su reivindicación de la dictadura, Videla denunció que el problema que tiene hoy el país es que falta República: “Las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón”.

El represor está desde octubre de 2008 en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, la antigua cárcel militar ahora a cargo del Ministerio de Justicia y destinada a los procesados y condenados por crímenes de lesa humanidad. En aquella fecha, hace ya más de tres años, Videla perdió el beneficio de la prisión domiciliaria a raíz de un pedido que hizo un grupo de querellantes –Abuelas de Plaza de Mayo– en la causa por el plan sistemático de robo de bebés. Hasta entonces había logrado cumplir sus detenciones en dependencias militares o en su casa.

En la entrevista publicada por Cambio 16 se ocupó de remarcar que el golpe del 24 de marzo de 1976 tuvo apoyos civiles. “Había ‘vacío de poder, parálisis institucional y riesgo de una anarquía’, y frente a este estado de cosas el clamor ciudadano, con sus dirigentes a la cabeza, pidiendo la intervención de las Fuerzas Armadas”.

El dictador aseguró que mientras fue presidente de facto tuvo una buena relación con el empresariado y la Iglesia Católica. “Los empresarios colaboraron y cooperaron con nosotros. Nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto”, definió. En cuanto a la Iglesia, sostuvo que tuvo una relación “excelente, muy cordial, sincera y abierta”.

“No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal (Raúl) Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable.”

De Perón a Balbín

A las figuras políticas de la época, Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín, les dedicó frases mordaces. Así, definió a Isabelita como “una buena alumna de Perón, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo”. Y de Balbín repitió que fue uno de los que golpearon las puertas de los cuarteles.

En ese contexto, Videla agregó que el terrorismo de Estado no fue una decisión tomada por las Fuerzas Armadas a espaldas de la dirigencia política, sino que tuvo el aval tácito de los radicales y el apoyo explícito del peronismo en el poder, ya que –prosiguió– el entonces presidente provisional Italo Argentino Luder convocó a los jefes de las Fuerzas Armadas (él lo era del Ejército), les pidió un plan a seguir “frente a las acciones terroristas”, aprobó la más dura de sus propuestas y luego firmó el decretos para “aniquilarlas”.

“Los decretos de Luder nos dieron todo el poder y competencias para desarrollar nuestro trabajo e incluso excedían lo que habíamos pedido; Luder, prácticamente, nos había dado una licencia para matar, y se lo digo claramente. La realidad es que los decretos de octubre de 1975 nos dan esa licencia para matar que ya he dicho y casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado. El golpe de Estado viene dado por otras razones que ya expliqué antes, como el desgobierno y la anarquía.”

El dictador sostuvo que él y otros represores están presos, entonces, por puro “espíritu de venganza” del kirchnerismo. “Alfonsín cumplió a su manera (...) Menem también, a su forma, cumplió con los indultos. Así llegamos al matrimonio Kirchner, que vuelve a retrotraer todo este asunto a la década de los setenta, y vienen a cobrarse lo que no pudieron cobrarse en esa década”.

“Lo hacen con un espíritu de absoluta revancha, con el complejo, y ésta es una opinión personal, y con el agravante de quien pudiendo hacerlo no lo hizo en su momento. Estos señores eran burócratas que repartían panfletos y no mataron ni una mosca entonces. Y eso les da vergüenza, claro, y quisieron exagerar la nota de persecusión para sacar patente de corso, de malos de una película en la que no estaban.”

La conclusión de Videla, que en un tramo de la entrevista blanqueó que él hubiera querido que “el Proceso dejara su descendencia”, es de antología. “Hoy la República está desaparecida”, declaró el dictador, porque “no tiene Justicia”. “Las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón.”


CÒMPLICES

LAS DECLARACIONES DEL DICTADOR JORGE VIDELA A LA REVISTA ESPAÑOLA CAMBIO 16

“La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente”

Videla destacó la colaboración de la jerarquía católica y del empresariado. Dijo que “Alfonsín se ciñó al derecho con sus más y sus menos” y que Menem “cumplió con los indultos”. Para los militares, aseguró, “el momento peor es con la llegada de los Kirchner”. Aquí, los principales extractos de sus dichos.

“En Argentina no hay justicia, sino venganza, que es otra cosa bien distinta”, es la frase del dictador Jorge Rafael Videla que la revista española Cambio 16 eligió para titular la entrevista publicada en su última edición. En la nota, Videla se explayó sobre su particular visión de los años ’70 y del Estado terrorista que encabezó, sobre su excelente relación con la jerarquía de la Iglesia Católica, con el empresariado, y también sobre sus críticas al actual gobierno nacional: “Nuestro momento peor, hablo para los militares, es con la llegada de los Kirchner al gobierno”, dijo, entre muchas otras cosas.

- Cámpora. “Era un hombre de poco carácter, manejable e incluso peligroso, en un momento en que el peronismo se estaba redefiniendo y también radicalizando. Cámpora representaba, siguiendo la moda del momento, una tendencia de izquierdas, progresista podemos decir dentro del movimiento, frente al conservadurismo (...) Cámpora se hace con el gobierno, tras haber ganado las elecciones, el 25 de mayo de 1973, y una de las primeras medidas que toma, si no la primera, es el decreto por el que se pone en libertad a todos los terroristas detenidos y condenados por un tribunal que había sido creado por el general Alejandro Lanusse (...) Se libera a todos estos presos que provienen de los sectores jóvenes y radicales del peronismo; salen victoriosos de las cárceles y cuando salen, a la medianoche, los esperan sus seguidores y compañeros. Comienza el caos y el terror se adueña, de nuevo, de las calles de Argentina (...) Esta gente, desde luego, no salen arrepentidos ni con deseos de integrarse en el sistema democrático, sino directamente con la idea de continuar con la revolución y seguir por la vía violenta, incluso matando.”

- Perón. “Estos jóvenes no actuaban de acuerdo con los principios que tenía Perón, que pasaban más por un reencuentro, un acuerdo entre todos los argentinos para solucionar los problemas, y tampoco estaban en la línea de su pensamiento (...) Cuando llega Perón a Argentina no puede aterrizar donde estaba previsto, debido a que se había desatado una batalla campal donde estaba programado aterrizar porque los propios peronistas se habían enfrentado entre ellos por el liderazgo del movimiento; se habla de que hubo entre un centenar y dos centenares de muertos. La recepción a Perón degeneró en un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda del peronismo por monopolizar la figura del líder y controlarlo durante su llegada. Y el liderazgo, siguiendo sus patrones, tenía que dirimirse por la fuerza de las armas (...) Perón toma conciencia de que las cosas no le van a resultar tan fáciles como él pensaba y que esta juventud maravillosa de antes le iba a traer problemas; tendría que tomar medidas para evitar que la situación se desbordase y ya toma posiciones, considerando que estos jóvenes no eran tan idealistas sino revolucionarios, claramente.”

- Triple A. “Hay un episodio que lo conmueve a Perón, que es el atentado contra el dirigente gremial José Ignacio Rucci, que es asesinado y ahí, el presidente dice: ‘Me cortaron las piernas’. Fue un acto doloroso y mostraba que Perón no dominaba todavía la situación, mostrando a las claras que el oponente ya no tenía miramientos (...) Perón, entonces, en una reunión secreta con los dirigentes peronistas, en Olivos, da a entender a través de una directiva que se acabaron los miramientos hacia estos actos y que había que acabar de una vez, incluso por la violencia, respondiendo a este tipo de acciones violentas y terroristas. Esta decisión dio lugar a que se produjeran una serie de acciones encubiertas. Y lamentablemente la mano ejecutora de este grupo que operaba bajo las órdenes y el consentimiento de Perón era José López Rega, que organiza la Triple A.”

- Isabel. “Era una buena alumna de Perón, eso sí, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo y el marxismo le provocaba un rechazo total (...) Pero le faltaban fuerzas y conocimientos para llevar a cabo el combate, la lucha, y poner orden. Incluso para poner coto a las actividades de López Rega, que mataba por razones ideológicas pero que también lo hacía por otras razones, para cobrarse algunas cuentas pendientes. La situación era muy difícil, reinaba un gran desorden. A Isabel se le hizo saber este estado de cosas y destituye finalmente a López Rega, y lo envía de embajador itinerante al exterior. Así se cumplía el deseo de muchos, entre los que me encontraba (...) La acción del terrorismo sigue por su cuenta. Aquel calificativo de que eran ‘jóvenes idealistas’ por pensar distinto hasta el extremo de masacrarlos quedó en evidencia, era una vulgar patraña. Esta gente estaba entrenada en el exterior, principalmente en Cuba, Siria, Libia y otros países, y luego dentro del país con instructores foráneos; además tenían armamentos y equipos de alto nivel ofensivo, incluso de tecnologías avanzadas. Todo ello reforzado con fábricas de armas y explosivos que llegaron a operar y tener dentro del territorio argentino. Tenían capacidad para matar y hacer daño a la sociedad argentina. Como remate a toda esta estructura, estaba la crueldad que los distinguía, no eran ángeles sino terroristas.”

- Luder. “A finales de agosto de 1975, soy nombrado comandante en jefe del Ejército Argentino, y en los primeros días del mes de octubre, a principios, somos invitados los comandantes de los tres ejércitos a una reunión de gobierno presidida por Italo Luder, que ejercía como presidente por enfermedad de María Estela, en las que se nos pide nuestra opinión y qué hacer frente a la desmesura que había tomado el curso del país frente a estas acciones terroristas (...) Con el acuerdo de las otras dos fuerzas militares, la Armada y la Fuerza Aérea, yo expuse algunos lineamientos para hacer frente a la amenaza terrorista que padecíamos. De acuerdo con el gobierno de entonces se realzaban algunas medidas acordadas entre las partes para hacer frente al terrorismo y que en un período de año y medio esta amenaza fuera conjurada de una forma eficiente. Italo Luder llegó a firmar los decretos para que las Fuerzas Armadas del país pudieran actuar efectivamente en la lucha contra los ‘subversivos’ y el terrorismo. También se decidió que las fuerzas de seguridad del Estado, juntamente con las Fuerzas Armadas, se coordinasen en estas acciones antiterroristas. Se había logrado un acuerdo entre el poder político y los militares para luchar conjuntamente contra el terrorismo.”

- Cursos de acción. “Con acuerdo de las otras dos fuerzas, yo hube de exponer cuatro cursos de acción, que no viene al caso detallar ahora, que culminaron con la selección de parte del doctor Luder del cuarto curso de acción, que era el más riesgoso, en cuanto que confería más libertad de acción, pero que garantizaba en no más de un año y medio que el terrorismo sería derrotado. Los cursos de acción del 1 al 3 eran más contemplativos, pautados con el fin de evitar errores, pero –de ser seguidos– irían a dilatar sin término el caos en el que se vivía. El acuerdo se firmaba, bajo estos decretos, para combatir el terrorismo en todas sus formas y hasta el aniquilamiento definitivo (...) A partir de ese momento, de hecho y de derecho, el país entra en una guerra, pues no salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos. Estamos preparados, como militares, para matar o morir, estábamos en una guerra ante un enemigo implacable, aunque no mediara una agresión formal, estábamos en una lucha. Así, a principios de octubre de ese año, entramos en una guerra de una forma clara. Desde el punto de vista del planeamiento no fue sorpresa porque el Ejército ya jugaba con hipótesis de conflicto, una de las cuales era un desborde sorpresivo terrorista que sobrepasara a las fuerzas de seguridad y que se tuvieran que emplear a las Fuerzas Armadas para detener la amenaza. Teníamos esa contingencia prevista.”

- Balbín. “Llegamos así, ya en plena lucha contra el terrorismo, al mes de marzo de 1976, en donde padecemos una situación alarmante desde el punto de vista social, político y económico. Yo diría que en ineficacia la presidenta había llegado al límite. Sumando a esto la ineficiencia general se había llegado a un claro vacío de poder, una auténtica parálisis institucional, estábamos en un claro riesgo de entrar en una anarquía inmediata. El máximo líder del radicalismo, Ricardo Balbín, que era un hombre de bien, 42 días antes del pronunciamiento militar del 24 de marzo, se me acercó a mí para preguntarme si estábamos dispuestos a dar el golpe, ya que consideraba que la situación no daba para más y el momento era de un deterioro total en todos los ámbitos de la vida. ‘¿Van a dar el golpe o no?’, me preguntaba Balbín, lo cual para un jefe del Ejército resultaba toda una invitación a llevar a cabo la acción que suponía un quiebre en el orden institucional. Se trataba de una reunión privada y donde se podía dar tal licencia; una vez utilicé este argumento en un juicio y me valió la dura crítica de algunos por haber incluido a Balbín como golpista. Los radicales apoyaron el golpe, estaban con nosotros, como casi todo el país. Luego algunos dirigentes radicales, como Alfonsín, lo han negado.”

- El golpe. “Hacía falta una medida de fuerza y la gente compartía esa visión. Si nosotros no lo hacíamos, el vacío de poder iba a ser aprovechado por la subversión para llegar al poder y ocupar todo el espacio dejado por otros. Así de sencillo. O tomábamos el poder o la subversión se hacía por la vía de las armas con las instituciones. Teníamos planes, métodos para el combate al terrorismo, podíamos hacerles frente y así lo hicimos. Pero, además, el gobierno que teníamos, que actuaba de una forma pusilánime y anarquizante, no estaba en condiciones de hacer frente a la amenaza que vivíamos en esos momentos, en que cada día el deterioro era mayor (...) El 24 de marzo se produce el pronunciamiento militar, que no fue una sorpresa para la mayoría de los argentinos porque era evidente que tarde o temprano se iba a producir y ocurrir. Estaba previsto en el guión y todos los sectores políticos y sociales habían sido consultados para confluir en ese resultado esperado (...) El Proceso de Reorganización Nacional preveía que la Junta era el máximo órgano del Estado y que debajo de esta entidad política estaba un presidente con las mismas funciones que le daba la Constitución, salvo algunas como los poderes que le daba a cada comandante de la Junta en el manejo de sus fuerzas. Luego, por acuerdo dentro de la Junta, se me nombró presidente de la misma reteniendo la jefatura del Ejército.”

- Orden. “En el año 1978 el Proceso había cumplido plenamente con sus objetivos, entre los que destacaba el fundamental, que era poner orden frente a la anarquía y el caos que amenazaba y enfrentaba el país el 24 de marzo de 1976. Y ¿por qué digo que había cumplido con sus objetivos?, simplemente porque no había ni asomo ya de la amenaza terrorista y mucho menos de la delincuencia común. Eramos uno de los países más seguros del mundo, caminábamos en la mejor de las direcciones. En lo económico, también se había mejorado, aunque teníamos riesgos inflacionarios que no voy a ocultar ni minimizar. Pero sí se había logrado la confianza del exterior, sobre todo a través de créditos para la Argentina para remozar el aparato productivo del país que estaba seriamente desatendido. Había, además, una gran paz social y se aceptó, mediante un acuerdo con los gremios, que los salarios estuvieran sujetos a la productividad y no a otros elementos; el que más trabajaba más ganaba, simplemente. Teníamos un desempleo peligroso, podemos decir, pero no alto, del 2,5 por ciento. Digo peligroso porque no permitía flexibilidad en el mercado de trabajo. Y la clase política no daba muestras ni ansiedad de que el período se agotase y se iniciase una nueva etapa política; nos seguían con atención y desconocían cómo había sido la guerra, que parecía haber ocurrido en una nebulosa. Los políticos no querían meterse mucho en estos asuntos y los dejaban para aquellos que manejaban la seguridad del país, responsabilidad que recaía en nosotros.”

- El Mundial. “Tuvimos la suerte de organizar este evento en un momento en que la amenaza terrorista había sido doblegada. Además, para congratularnos más, Argentina ganó ese campeonato mundial y al margen de que habíamos ganado, el país mostró su capacidad de organización en un corto tiempo. Mostramos al mundo que podíamos y sabíamos organizar una actividad internacional de estas características; fue un gran avance y en apenas unos meses, pues antes no se habían comenzado los trabajos, desarrollamos todas las capacidades para este Mundial. Los anteriores gobiernos que nos antecedieron no habían hecho nada (...) Pudimos exhibir al exterior nuestra capacidad de organización y trabajo junto con un país en paz frente a las maledicencias de algunos sectores interesados. Le Monde llegó a reproducir un reportaje de un periodista que se imaginaba que unos disparos que sonaban en los alrededores del estadio, procedentes del Tiro Federal Argentino cercano, eran las balas dirigidas a un pelotón de personas fusiladas. El estadio estaba a dos cuadras del polígono de tiro y el periodista, obviamente, quería denigrarnos al precio que fuera. Se nos atacaba injustamente, estábamos en una guerra por explicar qué es lo que pasaba en el país frente datos y noticias calumniosas, claramente. Eran informaciones aberrantes, tendenciosas, tendientes a denigrar a Argentina como fuera.”

- La Iglesia Católica. “La Iglesia cumplió con su deber, fue prudente, de tal suerte que dijo lo que le correspondía decir sin que nos creara a nosotros problemas inesperados. En más de una oportunidad se hicieron públicos documentos episcopales en donde, a juicio de la Iglesia, se condenaban algunos excesos que se podían estar cometiendo en la guerra contra la subversión, advirtiendo que se corrigieran y se pusiera fin a esos supuestos hechos. Se puso en evidencia que se debía concluir con esos excesos y punto, pero sin romper relaciones y sin exhibir un carácter violento, sino todo lo contrario. No rompió relaciones, sino que nos emplazó a concluir con esos hechos. Expresó lo que consideraba que no se estaba haciendo bien, porque podía corresponder a su terreno, pero no fue a más. Mi relación con la Iglesia fue excelente, mantuvimos una relación muy cordial, sincera y abierta. Incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable. Y debo reconocer que llegamos a ser amigos y en el problema del conflicto, de la guerra, también tuvimos grandes coincidencias. La Iglesia argentina en general, y por suerte, no se dejó llevar por esa tendencia izquierdista y tercermundista, politizada claramente a favor de un bando, de otras iglesias del continente, que sí cayeron en ese juego. No faltó que algún miembro de esa Iglesia argentina entrara en ese juego, pero era una minoría no representativa con respecto al resto.”

- Empresarios. “Los empresarios también colaboraron y cooperaron con nosotros. Incluso nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto. Hubo algún roce, claro, como suele suceder, porque cada uno defiende sus intereses siempre. Pero, en general, fue una buena relación.”

- División interna. “El Proceso había cumplido sus objetivos a mediados del año 1978, éste es un punto crucial que quiero destacar. La pregunta era: ¿si el Proceso había cumplido sus objetivos por qué no darlo por terminado? No había otra razón de ser, las cosas ya se habían hecho. O había que darle otro sentido. Y si así era, el Proceso iba a languidecer porque no tenía otra razón de ser en aquellos momentos. Nunca se planteó oficialmente esta cuestión que era crucial y fundamental. Había un sector perfeccionista de las Fuerzas Armadas que decía que ahora las cosas están bien y vamos a embarcarnos en otros problemas, a seguir trabajando hasta que las cosas sean perfectas, pero no era así, creo yo, porque los hombres no llegan nunca a la perfección absoluta. Los hombres no son perfectos, sólo Dios lo es. Era tan sólo una forma de justificar el quedarse en el poder por quedarse (...) El debate estaba ahí, subyacía esa división (de las Fuerzas Armadas) acerca de qué dirección se quería tomar y había sus matices sobre cómo afrontar el futuro. Había que dar otra naturaleza, otro contenido al Proceso, pero también estaba la posibilidad de abandonarlo de una forma definitiva. Luego estaba el conflicto con Chile por las islas del Canal de Beagle y estuvimos a punto, en diciembre de 1978, de llegar a una guerra (...) Yo mantenía que el Proceso tenía que ser capaz de dejar su descendencia, es decir, hacer política de una forma que las Fuerzas Armadas transcendieran más allá del período histórico que ya habíamos superado. ¿Cómo? Dejando la herencia de un Proceso exitoso a los políticos que eran nuestros aliados y amigos, ése era el camino de entonces que yo defendí.”

- Massera. “Hubo diferencias, claro, él era esencialmente un hombre político, algo que yo no era. Era un hombre muy político, quizá se equivocó eligiendo la profesión de militar y se dedicó a la profesión equivocada.”

- Desaparecidos. “Hay una gran disparidad en las cifras que se ofrecen, lo cual le resta credibilidad a lo que se presenta o se intenta hacernos creer. No se puede pasar de un extremo a otro, es decir, de 32 mil que presentan algunos a siete mil cifrado por otras comisiones. Creo que este asunto tiene mucho que ver con las compensaciones o el resarcimiento económico que se les dio a las víctimas, o a los supuestos desaparecidos, y en este caso sólo se presentaron siete mil personas para reclamar lo que les correspondía (...) Esa es la cifra real porque estamos hablando de la época del presidente Menem y la gente no tenía miedo ya de presentarse abiertamente para hacer sus reclamos. Los militares habíamos desaparecido ya de la escena política. Esa es la realidad, siete mil, frente a los 30 mil que reclaman las Madres de Mayo (...) Fue un error de nuestra parte aceptar y mantener en el tiempo el término de desaparecido digamos como algo así nebuloso; en toda guerra hay muertos, heridos, lisiados y desaparecidos, es decir, gente que no se sabe dónde está. Esto es así en toda guerra. En cualquier circunstancia del combate, abierto o cerrado, se producen víctimas. A nosotros nos resultó cómodo entonces aceptar el término de desaparecido, encubridor de otras realidades, pero fue un error que todavía estamos pagando y padeciendo muchos. Es un problema que nos pesa y no podemos quitárnoslo de encima. Ahora ya es tarde para cambiar esa realidad. El tema es que el desaparecido no se sabe dónde está, no tenemos respuesta a esta cuestión. Sin embargo, ya sabemos quiénes murieron y en qué circunstancias. También más o menos cuántos murieron, luego cada cual que invente sus cifras.”

- “Acciones subversivas.” “El término víctima del terrorismo no fue tenido en cuenta, se veían muertos y víctimas por atentados, pero los consideramos víctimas como tales de estas acciones subversivas. Hubo también secuestros y asesinados, pero nunca se les vio como víctimas del terrorismo. En este momento, y visto con esta perspectiva, es algo que no se hizo. Se reivindicó a los combatientes, también se trabajó en la reivindicación de los presos políticos, que somos nosotros, y ahora se trabaja en esta última reivindicación, en la de las víctimas del terrorismo. Al margen de los combatientes y muertos, y de los presos políticos que estamos pagando un servicio a la patria, faltaban las víctimas del terrorismo y hay ya gente que está trabajando en este asunto, en la búsqueda de esa reivindicación (...) Pero este Gobierno se niega a reconocer sistemáticamente que existieran víctimas del otro lado, ya que si lo hiciera tendría que juzgar a los terroristas que produjeron aquellos hechos y actos que provocaron la existencia de víctimas. Fíjese que hasta en el gobierno de Menem había paridad y cierto respeto a las fuerzas de las dos partes que lucharon o se enfrentaron en aquellos años, incluso emite varios decretos que tienen una dirección simétrica hacia las dos partes. Reconoce con exactos argumentos a las dos partes. Pero el gobierno actual se ha caracterizado por la asimetría y nos ha considerado sólo a nosotros como la parte beligerante, como el Demonio que tiene que ser condenado y encarcelado. El otro Demonio, los terroristas o los guerrilleros, no existen, eran simplemente ‘jóvenes idealistas’. Y los esfuerzos que se han hecho en presentar casos de víctimas con nombres y apellidos siguen abiertos esperando el sueño de los justos (...) El Gobierno sólo reconoce a las víctimas de una de las partes, pero les niega todos los derechos a la otra.”

- Licencia para matar. (El proyecto de poner en funciones una Cámara Federal en lo Penal durante la dictadura) “no se llegó a tratar oficialmente, pero tampoco se encontraban los jueces que quisieran trabajar en el desarrollo del proyecto. No se pudo hacer, simplemente. Aunque (...) los decretos de Luder nos dieron todo el poder y competencias para desarrollar nuestro trabajo e incluso excedían lo que habíamos pedido; Luder, prácticamente, nos había dado una licencia para matar, y se lo digo claramente. La realidad es que los decretos de octubre de 1975 nos dan esa licencia para matar que ya he dicho y casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado (...) Realmente Luder nos había dado para la guerra todas las formas y medios que necesitábamos, en nosotros estaba el ser prudentes o no, queriendo reconocer que en algunos casos hubo excesos.”

- Alfonsín. “Alfonsín era un político claramente comprometido, no olvidemos que había sido abogado del grupo terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo, el ERP. Luego estaba comprometido con la socialdemocracia europea, que fue la que le ayudó para llegar a la Presidencia, tenía que tomar una medida punitiva para juzgar unos supuestos excesos que se habían cometido ante la sociedad y ante algunas críticas que se habían producido; entonces, para calmar esas críticas, toma esa medida (el Juicio a las Juntas). Pero creo que lo hizo con un poco de decoro y puntualizó que solo debían ser sancionados, detenidos, juzgados y condenados aquellos que hubieran cometido hechos aberrantes. No debían ser sancionados aquellos que se limitaron a cumplir las órdenes, el principio de lo que se llama la obediencia debida (...) También consideraba la posibilidad de que fueran juzgados quienes se excedían en el cumplimiento de una orden e iban más allá. Acepto que este enfoque puede ser correcto. Alfonsín, además, cuando estalla el movimiento de los ‘carapintadas’ se da cuenta que las cosas pueden desbordarse y que los juicios no cesan nunca. Así establece la Ley de Punto Final, por la cual los jueces tienen un plazo de treinta días para procesar aquellos militares que consideren que tienen delitos pendientes. Entonces, hubo una carrera de muchos jueces por procesar en ese plazo a quienes consideraban culpables de algunos delitos y aquello se convirtió, todo hay que decirlo, en una caza de brujas, generando una gran inquietud en la sociedad y ello provoca que Alfonsín promulgue la Ley de Obediencia Debida.”

- El peor momento. “Pese a todo, el Juicio a las Juntas creo que fue un error y concluyo ya: nunca debió realizarse. Menem luego desenredó ese error, en cierta medida, y nuestro momento peor, hablo para los militares, es con la llegada de los Kirchner al gobierno. Ha habido una asimetría total en el tratamiento a las dos partes enfrentadas en el conflicto. Fuimos señalados como los responsables, ni más ni menos, de unos acontecimientos que no desencadenamos.”

- Los juicios. “Alfonsín se ciñó al derecho con sus más y sus menos; la Justicia funcionaba, a pesar de que se cometieron numerosos errores jurídicos durante nuestro proceso, como por ejemplo el principio de la no retroactividad, el principio del juez natural que fue vulnerado y otros errores (...) Todo ello para llevarnos ante ese ‘teatro’ que tuvo difusión mundial, pero así todo Alfonsín cumplió a su manera. Menem llegó después a la Presidencia y también, a su forma, cumplió a través de los indultos y los perdones. Así llegamos al matrimonio Kirchner, que vuelve a retrotraer todo este asunto a la década de los ’70 y vienen a cobrarse lo que no pudieron cobrarse en esa década y lo hacen con un espíritu de absoluta revancha, con el complejo, y ésta es una opinión personal, y con el agravante de quien pudiendo hacerlo no lo hizo en su momento. Estos señores eran burócratas que repartían panfletos y no mataron ni una mosca entonces. Y eso les da vergüenza, claro, y quisieron exagerar la nota de la persecución para sacar patente de corso, de malos de una película en la que no estaban. No, no, es la vendetta para una satisfacción personal sin razones, totalmente asimétrica, fuera de medida. Aquí no hay justicia, sino venganza, que es otra cosa bien distinta.”

- Rehenes. “Si el juzgado en este caso, independientemente de su edad, lo es en función de haberse excedido en el cumplimiento de una orden, está bien juzgado. Los demás, le aseguro, son todos juicios políticos, como parte de esa venganza, de esa revancha, como parte de ese castigo colectivo con que se quiere castigar a todas las Fuerzas Armadas. Este plan sigue una política gramsciana que esta gente cumple de punta a punta, disuadiendo a unas instituciones que han tomado como rehenes, creando desaparecidos que nunca existieron y vaciando de contenidos a la Justicia. Hoy la República está desaparecida, no tiene Justicia porque la que tiene es un esqueleto sin relleno jurídico; el mismo Parlamento no tiene contenidos, está compuesto por ganapanes que temen que les vayan a quitar el puesto y se venden al mejor postor. No hay nadie en la escena política con lucidez capaz de hacerles frente. El país tampoco tiene empresarios porque están vendidos al poder. Hoy las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón. Lo que me permite decir que no tenemos República porque no tenemos a las grandes instituciones del Estado funcionando. La Justicia, el Congreso y las demás instituciones, por no hablar de otros aspectos, no existen; las realidades no son así.”


POR: PAGINA12
ARREGLOS FOTOGRÀFICOS: ALBERTO CARRERA
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