Secuestrada durante años por la viuda de Burton, «La escalera» podrá volver a verse este verano en los cines Verdi de Madrid y Barcelona, para Argentina y america latina no hay informacion.
No se trata de que a estas aturas de la historia se hayan encontrado pruebas de que ambos actores tuvieran en su época dorada un romance a espaldas de sus seguidores, aunque Hollywood ha escondido casos por el estilo para evitar el deterioro popular de sus estrellas más caras. Tampoco hay que abrirse las venas en canal. El tema es más sencillo. Como a todo actor que se precie, a ambos les proponían personajes de todos los colores y el rosa no podía faltar.
Corría el año 1968 y el guión sobre la obra teatral «La escalera», de Charles Dyer, estaba en manos de la Twentieth Century Fox, que había puesto el ojo en el director Stanley Donen («Cantando bajo la lluvia», «Dos en la carretera») para llevarlo a cabo. Tras aceptarlo, el reparto más insospechado lo formaba Richard Burton y Rex Harrison. Aun así, Donen era un director seguro para no hacerles derrapar hacia lo jocoso, ya que la historia mostraba la imagen más dramática y grotesca de la pareja en algunas escenas. Fue el reto que se formularon los actores y el que Donen estuviera respaldado por Fox, lo que les llevó a los platós como Charlie Dyer (Rex Harrison) y Harry Leeds (Richard Burton), una pareja con 30 años de relación y trabajadores de una peluquería en Londres, quienes a causa de una movida por atentado a la moral ven como sus vidas se convierten en un auténtico drama.
«La escalera» (Staircase, 1969) ha sido rescatada del olvido tras una breve trayectoria por pequeñas pantallas españolas en 1976. La cesura ya la había prohibido años antes. No había podido volver a exhibirse en ningún formato hasta ahora, 35 años después, porque la última viuda de Richard Burton, Sally Hays, secuestró la película para proteger la imagen de su marido.
Restaurada y en 35 milímetros, se podrá disfrutar en agosto como broche final al ciclo «Un verano de cine con los grandes maestros», en los cines Verdi de Madrid y Barcelona. Para cinéfilos y nostálgicos que aprecien las dosis de melancolía y humor que derrochan Burton y Harrison desde la pantalla.
POR: JOSÉ EDUARDO ARENAS. ABC.ES
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