sábado, 20 de noviembre de 2010

FALDAS PARA HOMBRES

Poco a poco, la pollera recorre un camino similar al pantalón: se heterosexualiza

Otrora emblema de la emancipación, ¿el pantalón se transformó con el tiempo en símbolo de opresión? Christine Bard no duda en afirmarlo en su reciente libro. "Hoy, en Francia, no es el pantalón, sino la falda, lo que resulta cada vez más difícil de llevar", escribe la historiadora.

En la muy evolucionada Europa Occidental, son miles y miles los jóvenes varones que tienden a considerar como provocadora a la jovencita que lleva falda. Ese fenómeno es particularmente brutal en los barrios marginales con altos componentes de población de origen musulmán.


"La prenda de la resistencia en la actualidad es, evidentemente, la falda", afirma Bard.

Loubna Méliane, cofundadora de la asociación Ni Putas ni Sumisas, se interroga sobre esta nueva tendencia de la juventud. En el sitio web de esa asociación fundada en 2003, aparece una nueva reivindicación: "El derecho a la feminidad".

"Durante mucho tiempo quise ser un varón", afirma Méliane. "Las chicas en los barrios sensibles se resignan en vez de sublevarse. Aceptan vestirse en jogging y zapatillas, disfrazarse con ropa cada vez más masculina para no tener que padecer los insultos de los pequeños caciques, para evitar que las traten de putas y, al final, ser expulsadas del grupo. Muchas de esas jovencitas se sienten prisioneras de ese machismo ambiente. Ese poder masculino, en esos barrios, se ejerce en todos los niveles: el padre, el hermano, los vecinos, los amigos... Pero también están las madres, las vecinas y las hermanas. Es necesario someterse o masculinizarse. Hay que obedecer a las tradiciones patriarcales o huir", concluye.

Para Bard, se trata de un pantalón protector, pero de ninguna manera emancipador, el que ponen de manifiesto esos testimonios.

En Francia, ese pantalón es prácticamente idéntico al velo islámico.

Para luchar contra esa nueva estigmatización, en 2006 una escuela de la ciudad de Rennes instituyó "El día de la falda", rápidamente imitado en todo el país y que dio origen a un film interpretado por Isabelle Adjani.

Pero el derecho a no usar pantalón también concierne a los hombres. Hace varios años que la cuestión está cada vez más presente en Internet, sobre todo a partir de 2007, con el nacimiento de la asociación Hombres en Faldas. Gracias al ciberespacio, muchos hombres manifiestan libremente su deseo de adoptar una actitud de resistencia contra modas y tradiciones para salir de la uniformidad o para seducir de otra forma.

"Poco a poco, la falda para hombres, mediatizada con las colecciones de Jean-Paul Gaultier en 1985 y asimilada a un look gay, se heterosexualiza", escribe Bard.

Un hombre con falda... ¿Ridículo, absurdo? Si el pantalón pudo por fin ser declinado en género femenino, ¿por qué razón la falda no podría ser también algún día una prenda mixta?





































POR: LANACION.

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