
El estudio fue llevado a cabo por la Universidad de Rochester. Para realizarlo se necesito la colaboración de 10 personas de sexo masculino, que en principio no eran jugadores. Ellos se sometieron a 30 horas de entrenamiento con juegos de primera persona.
¿El resultado? Incrementaron la habilidad para ver objetos en espacios llenos de cosas, a comparación de otras 10 personas que nunca jugaron un juego de acción.
La calidad de visión está relacionada en gran parte con la fisionomía de los ojos. Pero para Daphne Bevelier, quien llevó a cabo el estudio, algunos defectos visuales están relacionados con la parte neural.

Jugar podría cambiar la forma en la que el cerebro procesan la información visual. Daphne dijo que “estos juegos empujan al sistema visual al límite, y el cerebro se tiene que adaptar a eso”.
Entonces, este tipo de entrenamiento podría ser efectivo para realizar terapias en personas que no ven del todo bien.




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