jueves, 11 de julio de 2013

HISTÒRICO: LA ONU EXIGE AL VATICANO RESPUESTAS SOBRE LOS MILES Y ESCÀNDALOSOS CASOS DE PEDOFILIA

POR PRIMERA VEZ LA ONU EXIGE AL VATICANO RESPUESTAS SOBRE LOS ESCANDALOS DE PEDOFILIA.
Preguntas fuera del confesionario. El Comité de los Derechos del Niño, perteneciente a las Naciones Unidas, dio plazo hasta el 1º de noviembre al Vaticano para que informe sobre sus actuaciones relacionadas con los casos de pedofilia. En enero incluirá las respuestas en un informe.


Por primera vez, las Naciones Unidas conminaron al Vaticano a dar explicaciones sobre los casos de abusos sexuales y violencia cometidos contra niños en buena parte de las jurisdicciones de la Iglesia Católica en el mundo. El pedido de explicaciones es un mecanismo habitual del que dispone la ONU en línea con el cumplimiento de las pautas marcadas por la Convención de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Es la primera vez que el Vaticano, que ocupa el lugar de observador permanente, pasa a ser observado por la ONU.

Las Naciones Unidas pidieron explicaciones detalladas, como lo ha hecho en otras ocasiones con países miembro del organismo y que no han cumplido con la Convención. El lunes pasado, los expertos de las Naciones Unidas publicaron una lista de preguntas realizadas al Vaticano y a las cuales deberá responder antes del 1º de noviembre próximo.

Las respuestas del Vaticano serán tenidas en cuenta para el informe que en enero de 2014 publicará la ONU en Ginebra. Es la primera vez que se plantean preguntas precisas al Vaticano, según informó ayer una fuente del Comité de los Derechos de la Infancia, órgano perteneciente a la ONU y que se encargó específicamente de proponer las preguntas.


Según la lista de preguntas elaborada por el comité, se pidió al Vaticano, “teniendo en cuenta el hecho de que la Santa Sede reconoció casos de violencias sexuales contra niños cometidas por miembros del clero, hermanos y hermanas en numerosos países”, que presente “informaciones detalladas sobre todos los casos”. Los expertos del comité tienen interés en conocer qué medidas fueron tomadas por la Iglesia Católica, si es que se tomaron medidas, para castigar a los culpables de abusos sexuales contra niños. Los expertos también quieren saber qué acciones realizó o realiza el Vaticano para que ningún miembro del clero acusado de pedofilia pueda estar en contacto con niños y las medidas tomadas para apoyar a las víctimas.

También pretende conocer las medidas adoptadas para condenar y prevenir los castigos corporales practicados en algunos establecimientos escolares católicos, así como los progresos realizados para evitar una educación discriminatoria entre sexos en las escuelas religiosas. La ONU preguntó además al Vaticano si realizó una investigación sobre las acusaciones de torturas y tratos degradantes perpetrados en Irlanda entre 1922 y 1996 contra miles de jovencitas y mujeres en las lavanderías administradas por religiosas católicas. En los últimos años, varios países fueron sacudidos por enormes escándalos de pedofilia en la Iglesia Católica.

El comité no tiene poderes de aplicación de la ley, pero un reporte negativo después de la audiencia podría provocar un fuerte impacto en la Iglesia, cuyo líder, el papa Francisco, intenta revertir la imagen negativa que surgió después de los escándalos que empañaron especialmente el papado de su antecesor, Benedicto XVI.


La Iglesia Católica argentina no escapó a las denuncias. A fin de abril pasado, por primera vez la Justicia ordenó a la Iglesia pagar una indemnización por actos de pedofilia cometidos por un cura de la diócesis de Quilmes. La Cámara de Apelaciones de Quilmes confirmó la sentencia que condenó a la Iglesia a resarcir a un joven presentado como Marcos, y que fue abusado cuando tenía 14 años. Precisamente, el joven, ahora con 25 años, dijo a Página/12 en declaraciones exclusivas, que “nos querían mostrar como mentirosos”.

El caso del cura Julio César Grassi es paradigmático. Condenado a 15 años de prisión en suspenso por pedofilia, no sólo no fue sancionado por la Iglesia sino que hace un año, una carta con membrete y sello del Obispado de Morón solicitaba a los jueces del tribunal que lo condenaron, que lo trasladen a la quinta de Hurlingham llamada La Blanquita, lo que le permitiría ejercer allí su ministerio dando misa.

En febrero de este año, Robert Oliver, promotor de justicia de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe –un órgano colegiado del Vaticano cuya función es custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia–, sostuvo que el Vaticano recibe unas 600 denuncias anuales de casos de pedofilia cometidos por religiosos, que tuvo su pico de 800 en 2004. El religioso explicó que la mayoría de las denuncias presentadas en los últimos tres años “son casos cometidos entre 1965 y 1985”, cuyas víctimas recién ahora se animan a exponer ante las autoridades de esa organización, una manera diplomática de hacer un by pass en el tiempo.


En 2010, grupos católicos de Alemania criticaron el silencio del entonces papa Benedicto XVI. “El escándalo afecta a la gente sea o no católica”, afirmó el dirigente de la Federación de Jóvenes Católicos Alemanes (BDKJ), Dirk Taenzler. En enero de ese año, instituciones católicas alemanas de enseñanza fueron acusadas de abuso a menores, y entre las acusaciones quedó afectado el coro de los niños cantores de Ratisbona, dirigido durante treinta años por el hermano del Papa, el sacerdote Georg Ratzinger. Poco antes, el Vaticano había publicado un comunicado en el que afirmaba que las acusaciones consistían en campañas para atacar al Papa.

En Brasil, en 2005, los escándalos de pedofilia que salpicaron a sacerdotes de la Iglesia Católica alcanzaron a 1700 sacerdotes, acusados de abusos sexuales a niños en una investigación publicada por la revista Istoé.

El cuestionario presentado por el comité no atendió la advertencia del Vaticano sobre su retiro de la Convención de los Derechos del Niño si la ONU presionaba más sobre el tema a la Iglesia. La Santa Sede había recordado, a fines de 2011, su reserva sobre la jurisdicción legal y sostuvo que cualquier “interpretación” nueva le daría argumentos “para terminar o retirarse” del tratado.

Ahora, el Vaticano deberá responder, o desentenderse de su propia advertencia.



POR: PAGINA12.COM.AR
FOTOGRAFÌAS: WEB
ARREGLOS: ALBERTO CARRERA

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