domingo, 9 de enero de 2011

CANCER DE TESTICULOS.

El cáncer de testículos es uno de los más curables, pero la clave está en poder detectarlo antes de que sea demasiado tarde. Por suerte, la tarea de detección la puede hacer uno mismo, con sólo palpar la zona.

Lo que tienes que hacer un examen testicular, y aquí te explicaremos cómo llevarlo a cabo.


Utiliza un espejo. El espejo te servirá para examinar tus testículos. Siéntate frente a una espejo y ubícalo en frente, para poder ver toda la amplitud del escroto.

Palpa tus testículos. Toma el escroto y los testículos con la palma de la mano y siente la diferencia de los dos testículos. Es normal que uno esté más abajo que otro, y que uno sea más grande que el otro. Pero si uno es mucho más grande, o tienes una textura diferente del otro, te recomendamos consultar al médico.

Cuando estés palpando puedes ir girando uno de los testículos para analizar la superficie. ¿Notas algunas regularidad? ¿Alguna bulto que sobresalga? Atención, porque en los testículos está presente el epidídimo, que es un tubo suave ubicado en la parte superior de cada uno.

Es recomendable hacer ésto una vez por mes. Lo mejor es hacerlo mientras tomas un baño caliente, porque el agua caliente aliviará la piel de la zona, permitiéndonos un trabajo más sencillo y efectivo. Si notas alguna irregularidad, algún bulto de pequeño tamaño que sobresalga de un testículo, llama a un médico. El cáncer de testículo es uno de los que tienen mejor índice de curación.


El cáncer de testículo , es un tipo de cáncer que generalmente se origina en el testículo, una parte del sistema reproductor masculino, aunque también se puede manifestar inicialmente en el abdomen o en el tórax (mediastino). Su causa es hasta el momento desconocida. Es una enfermedad que ha pasado de ser extremadamente rara a principios del siglo XX, a ser en la actualidad el tipo de tumor maligno más común entre los varones jóvenes. Son diagnosticados cada año con esta enfermedad, entre 8.000 y 9.000 varones en Estados Unidos, 1.400 en el Reino Unido, unos 500 en España y sobre 10.000 en la Unión Europea. A lo largo de la vida, la probabilidad de desarrollar cáncer de testículo es de 1 entre 250 (0,4%). (Aunque la incidencia varía en función de las razas. La mayor incidencia se da entre los varones de raza blanca de parte del norte de Europa. En la Unión Europea la menor incidencia se presenta en España. Los varones de raza negra tienen la menor incidencia global. Es más común entre los 15 y 40 años aunque puede afectar a varones de cualquier edad. El cáncer de testículo tiene una de las tasas de curación más altas de todos los tipos de cáncer, por encima del 90%, y prácticamente del 100% si no se ha extendido. Incluso en los relativamente pocos casos en los que se ha extendido ampliamente, la quimioterapia consigue curar completamente al menos a la mitad de esos casos.

Síntomas y detección precoz

La gran mayoría de los casos de cáncer de testículo es detectado por el propio paciente. No produce síntomas generales que puedan hacer sospechar de un problema médico, como fiebre o dolor. Dado que el cáncer de testículo es curable cuando se detecta precozmente, los expertos recomiendan la realización mensual de la autoexploración testicular tras una ducha caliente, cuando el escroto está más relajado. El varón debe examinar suavemente cada testículo palpando en busca de bultos duros y luego comparar ambos.

Los síntomas incluyen:

  • un pequeño bulto fijo en el propio testículo, generalmente indoloro
  • pequeño dolor o pesadez en un testículo (sin haber recibido nigún golpe reciente)
  • una repentina acumulación de fluido en el escroto
  • ligero agrandamiento o molestias en los pezones o en los pechos
  • dolor sordo en el bajo vientre o la ingle
  • aumento o disminución significativos del tamaño de un testículo

Cualquiera de esos síntomas deberian ser consultados con el médico, a ser posible el urólogo, lo antes posible, aunque en sí mismos no son un signo seguro de cáncer.

El cáncer de testículo es uno de los más curables de todos si se detecta pronto.

El diagnóstico del cáncer de testículo se realiza mediante ultrasonidos con una ecografía de los testículos, y si lo hay, su extensión por rayos X y TAC. En caso de un diagnóstico dudoso, la ecografía debería ser realizada antes de 2 semanas. Además en un análisis de sangre se miden los marcadores tumorales específicos AFP, GCH-β, (y LDH) que proporcionan mayor evidencia sobre el tipo de tumor y su extensión.

La biopsia o PAF del testículo está contraindicada en general, puesto que puede facilitar la dispersión del tumor por una ruta que no es la usual. Y está indicada en pacientes con tumores retroperitoneales o mediastinales.

El cáncer de testículo puede desarrollarse a partir de cualquier tipo de célula de las presentes en el testículo, pero más del 95% de todos los cánceres de testículo son de células germinales. (Las células germinales producen los espermatozoides; en sí mismas no son patogénicas). En general, aquí nos referiremos al cáncer de testículo de células germinales. La histopatología del cáncer de testículo es complicada, y debería ser hecha por un patólogo experimentado que especifique características tales como, invasión vascular (en los noseminomas), de la rete testis (en los seminomas), o el porcentaje de los distintos tipos de tumor si los hubiere.

  • Un hombre con un solo testículo puede tener una vida perfectamente normal, ya que normalmente el otro testículo suple todas las necesidades, y generalmente tendrá una fertilidad adecuada. No obstante la producción hormonal debería ser comprobada ante determinados síntomas fisiológicos o psicológicos característicos de la andropausia, para suplementar la testosterona en caso necesario.
  • La erección, eyaculación y libido no tienen porqué verse afectadas.
  • Merece la pena medir los niveles hormonales (Testosterona, FSH, LH) antes de la orquidectomía y la conservación de muestras de semen en un banco de semen en el caso de hombres jóvenes que tengan planeado tener descendencia, ya que la fertilidad puede verse afectada de forma importante por un posible tratamiento de quimioterapia.
  • Un hombre que pierde ambos testículos normalmente necesita recibir tratamiento hormonal (en particular testosterona, que es creada en los testículos), y es obviamente infértil, pero puede llevar una vida perfectamente normal. Menos del 3% que han tenido cáncer de testículo lo tendrán de nuevo en el otro testículo.
  • Durante la orquidectomía es posible insertar una prótesis en el lugar del testículo extirpado, de modo que la falta de éste sea imperceptible. Es una decisión meramente estética que muchos pacientes deciden no tomar por considerar la prótesis un objeto extraño en su cuerpo.
  • No hay ninguna evidencia de que el cáncer de testículo sea hereditario. Es más probable que se dé en hermanos que en padre e hijo.
  • La vasectomía no provoca cáncer de testículo ni acelera el crecimiento ni la diagnosis de tumores de testículo preexistentes. Tampoco aumenta la incidencia de cáncer de testículo.
  • La clase de ropa interior, ajustada o no, no predispone a padecer, ni a evitar el cáncer de testículo.
  • El montar en bicicleta no predispone al cáncer de testículo.
  • Las lesiones en los testículos no aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer. No obstante, pueden causar un bulto en el testículo y en ocasiones enmascarar un tumor, por lo que debe ser observado hasta que desaparezca.

POR: WIKIPIDIA

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