
Aunque un lector normal no puede convertirse en un experto en la lectura rápida de un día para otro, las técnicas básicas que les presentamos y las prácticas te ayudarán a leer más rápido.
Identifica lo que lees. Antes de empezar, ten en cuenta por qué estás leyendo eso y si te gusta. Cuanto más te guste algo, más rápido lo leerás. También tendrás que tener en cuenta qué es lo que estás leyendo, y darle la concentración que realmente necesita. No es lo mismo leer un libro con instrucciones precisas que un cuento con muchas descripciones.
No leas en voz alta. Es una de las costumbres que más ralentizas la lectura. El hábito aparece desde pequeños, cuando nos enseñaron que había que leer en voz alta. Es bueno para la enunciación, pero una vez que somos grandes nos frena. Las personas que leen en voz altas llegarán a leer como máximo 300-350 palabras por minuto, mientras que las personas que no leen en voz alta podrán leer muchas más.
No leas siempre a máxima velocidad. Un buen lector sabe cuándo tiene que frenarse en lo importante. Si quieres captar una información concreta de manera precisa, frena un poco y presta más atención.
Utiliza una guía. Para no salirte de las páginas con la vista. Una guía común puede ser un dedo, marcando cada renglón que lees. No te perderás y ahorrarás tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario