Los tabúes de Venezuela: gasolina, diplomacia, aborto y matrimonio gay.
Basta hablar con cualquier venezolano de a pie, en un acto de campaña o sentado en un café, para entender por qué el gran eje de discusión de la campaña electoral es la inseguridad.
Basta hablar con cualquier venezolano de a pie, en un acto de campaña o sentado en un café, para entender por qué el gran eje de discusión de la campaña electoral es la inseguridad.
Es la primera inquietud de los opositores pero también lo que los chavistas apuntan en las cuentas pendientes del gobierno, no necesariamente atribuyéndoselo al presidente Hugo Chávez.
Ahora bien, lo llamativo para el observador externo es que, con dos largos meses de campaña electoral sobre los hombros, siga habiendo asuntos que virtualmente no se han tocado, alguno con la categoría de verdadero tabú.
En Venezuela no se habla del aborto ni del matrimonio homosexual, como sí pasa en Estados Unidos o Europa, tampoco aparece en la discusión el porvenir de la política internacional, algo en lo que los candidatos no pueden estar más distanciados. Y eso se puede entender por una cuestión cultural o sociológica: no les interesa.
Pero tampoco hablan de algo que sí que les afecta y causa no pocos desajustes macroeconómicos y problemas de inseguridad, la gasolina más barata del mundo.
Ahora bien, lo llamativo para el observador externo es que, con dos largos meses de campaña electoral sobre los hombros, siga habiendo asuntos que virtualmente no se han tocado, alguno con la categoría de verdadero tabú.
En Venezuela no se habla del aborto ni del matrimonio homosexual, como sí pasa en Estados Unidos o Europa, tampoco aparece en la discusión el porvenir de la política internacional, algo en lo que los candidatos no pueden estar más distanciados. Y eso se puede entender por una cuestión cultural o sociológica: no les interesa.
Pero tampoco hablan de algo que sí que les afecta y causa no pocos desajustes macroeconómicos y problemas de inseguridad, la gasolina más barata del mundo.
Ni gasolina
"El asunto de la gasolina nadie lo quiere tocar porque es un tabú para los venezolanos. Aunque sea imposible creer que es sostenible ese precio por debajo del de un vaso de agua", le dijo a BBC Mundo Carlos Romero, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
El caso es que uno de los elementos centrales del imaginario colectivo de los venezolanos es que son los dueños del petróleo -su país posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo- así que también se sienten con derecho a recibir la gasolina casi regalada.
En Venezuela, un litro de gasolina cuesta US$0,03, bastante menos que uno de agua embotellada, que en una marcha de Hugo Chávez los vendedores ambulantes despachan por 21 bolívares (US$4); eso sí, en tres botellas de 330 ml.
El asunto genera no pocas tensiones macroeconómicas o desajustes políticos, como que el Estado gasta más en eso que en salud o educación. Además, es un nicho de mercado para el contrabando y la delincuencia organizada, lo que también es una fuente de dolores de cabeza.
Con todo, la mayor fuente de gastos del Estado, no ha sido ni mencionada, un auténtico tabú sobre el que pesa la sombra del "Caracazo", la ola de violencia desatada en 1989 tras decretarse un leve incremento en los precios que terminó con centenares de muertos.
Según Luis Vicente León, director de la firma de investigación en opinión pública Datanálisis, "los venezolanos ven ridículo que les cobren la gasolina" que "es además un subsidio a las clases medias y a los ricos".
"Ningún candidato, aunque lo pensara, lo plantearía, sería un riesgo grandísimo", le dijo León a BBC Mundo.
"El asunto de la gasolina nadie lo quiere tocar porque es un tabú para los venezolanos. Aunque sea imposible creer que es sostenible ese precio por debajo del de un vaso de agua", le dijo a BBC Mundo Carlos Romero, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
El caso es que uno de los elementos centrales del imaginario colectivo de los venezolanos es que son los dueños del petróleo -su país posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo- así que también se sienten con derecho a recibir la gasolina casi regalada.
En Venezuela, un litro de gasolina cuesta US$0,03, bastante menos que uno de agua embotellada, que en una marcha de Hugo Chávez los vendedores ambulantes despachan por 21 bolívares (US$4); eso sí, en tres botellas de 330 ml.
El asunto genera no pocas tensiones macroeconómicas o desajustes políticos, como que el Estado gasta más en eso que en salud o educación. Además, es un nicho de mercado para el contrabando y la delincuencia organizada, lo que también es una fuente de dolores de cabeza.
Con todo, la mayor fuente de gastos del Estado, no ha sido ni mencionada, un auténtico tabú sobre el que pesa la sombra del "Caracazo", la ola de violencia desatada en 1989 tras decretarse un leve incremento en los precios que terminó con centenares de muertos.
Según Luis Vicente León, director de la firma de investigación en opinión pública Datanálisis, "los venezolanos ven ridículo que les cobren la gasolina" que "es además un subsidio a las clases medias y a los ricos".
"Ningún candidato, aunque lo pensara, lo plantearía, sería un riesgo grandísimo", le dijo León a BBC Mundo.
Ni diplomacia
Otro asunto que llama la atención por no estar, como apunta el profesor Romero, es la agenda internacional. Máxime, siendo, a priori, tan distinta la propuesta de uno y otro.
Chávez, con su aversión pública al "Imperio", mantiene con EE.UU. una relación más bien de "contigo ni sin ti tienen mis males remedio", pues Washington no deja de ser el principal comprador del petróleo venezolano.
El presidente tiene las mejores relaciones con La Habana (Cuba) y el resto de gobiernos izquierdistas del eje bolivariano, así como Argentina y Brasil. Más lejos, en su lista de amigos, Chávez cuenta con el iraní Mahmud Ahmadinejad, el ruso Vladimir Putin y el bielorruso Alexander Lukashenko.
La falta de discusión sobre el asunto hace difícil prever cuál será la postura de Henrique Capriles si gana, aunque no andará muy desacertado quien apueste a un acercamiento a EE.UU., lo que no implicaría necesariamente enfriar la amistad con el resto de aliados sudamericanos.
De lo que sí ha hablado Capriles es de un replanteamiento de las relaciones con Cuba, país con el que tampoco quiere romper.
Ni aborto, ni matrimonio gay
Otros asuntos que encienden acalorados debates en otros procesos electorales pero que están absolutamente ausentes de la agenda venezolana son la interrupción voluntaria del embarazo y el matrimonio homosexual.
Hay que rebuscar en las hemerotecas virtuales para encontrar a los principales candidatos pronunciándose sobre el asunto. Así, según el diario Últimas Noticias, Capriles se ha dicho estar conforme con el aborto terapéutico y en caso de violencia, algo en lo que Chávez se ha declarado más "conservador" y totalmente contrario.
Sobre el matrimonio homosexual, ambos se han mostrado tolerantes. Para Capriles cabe la "unión civil" sin la etiqueta de matrimonio. Chávez, por su parte, también es favorable a la libertad de cada uno, se ha colocado donde cree que está la mayoría de los venezolanos: "No lo vemos bien, pero es sólo un estado de opinión", cita Últimas Noticias.
Según Romero, la explicación a esto está en que esos son asuntos "para sociedades más estables". "En Venezuela, resultan temas menores, porque es tanto el peso de los más gruesos como inflación, desempleo, ideología, democracia".
Coincide Luis Vicente León, quien señala que los asuntos nunca han aparecido entre los temas que preocupen las encuestas que realiza su empresa. "La población todavía discrimina y no pide soluciones en esas cuestiones como en otros países la gente lo demanda. En Venezuela el aborto y el matrimonio homosexual no son asuntos relevantes".
Así que bien pudiera ser que esta ausencia de unos asuntos tan de moda en el debate allende las fronteras venezolanas sea cuestión de corresponsal foráneo, ya que como comenta el analista Nícmer Evans, lo más probable es que el venezolano no eche de menos ningún asunto.
"Ha habido un centro de atención importante en la discusión del elemento ideológico, centrado en las propuestas de gobierno. Esto ha forzado a que se hable de temas variados", le dijo Evans a BBC Mundo.
POR: Abraham Zamorano. BBC.CO.UK
ARREGLO FOTOGRÀFICO: ALBERTO CARRERA
Otro asunto que llama la atención por no estar, como apunta el profesor Romero, es la agenda internacional. Máxime, siendo, a priori, tan distinta la propuesta de uno y otro.
Chávez, con su aversión pública al "Imperio", mantiene con EE.UU. una relación más bien de "contigo ni sin ti tienen mis males remedio", pues Washington no deja de ser el principal comprador del petróleo venezolano.
El presidente tiene las mejores relaciones con La Habana (Cuba) y el resto de gobiernos izquierdistas del eje bolivariano, así como Argentina y Brasil. Más lejos, en su lista de amigos, Chávez cuenta con el iraní Mahmud Ahmadinejad, el ruso Vladimir Putin y el bielorruso Alexander Lukashenko.
La falta de discusión sobre el asunto hace difícil prever cuál será la postura de Henrique Capriles si gana, aunque no andará muy desacertado quien apueste a un acercamiento a EE.UU., lo que no implicaría necesariamente enfriar la amistad con el resto de aliados sudamericanos.
De lo que sí ha hablado Capriles es de un replanteamiento de las relaciones con Cuba, país con el que tampoco quiere romper.
Ni aborto, ni matrimonio gay
Otros asuntos que encienden acalorados debates en otros procesos electorales pero que están absolutamente ausentes de la agenda venezolana son la interrupción voluntaria del embarazo y el matrimonio homosexual.
Hay que rebuscar en las hemerotecas virtuales para encontrar a los principales candidatos pronunciándose sobre el asunto. Así, según el diario Últimas Noticias, Capriles se ha dicho estar conforme con el aborto terapéutico y en caso de violencia, algo en lo que Chávez se ha declarado más "conservador" y totalmente contrario.
Sobre el matrimonio homosexual, ambos se han mostrado tolerantes. Para Capriles cabe la "unión civil" sin la etiqueta de matrimonio. Chávez, por su parte, también es favorable a la libertad de cada uno, se ha colocado donde cree que está la mayoría de los venezolanos: "No lo vemos bien, pero es sólo un estado de opinión", cita Últimas Noticias.
Según Romero, la explicación a esto está en que esos son asuntos "para sociedades más estables". "En Venezuela, resultan temas menores, porque es tanto el peso de los más gruesos como inflación, desempleo, ideología, democracia".
Coincide Luis Vicente León, quien señala que los asuntos nunca han aparecido entre los temas que preocupen las encuestas que realiza su empresa. "La población todavía discrimina y no pide soluciones en esas cuestiones como en otros países la gente lo demanda. En Venezuela el aborto y el matrimonio homosexual no son asuntos relevantes".
Así que bien pudiera ser que esta ausencia de unos asuntos tan de moda en el debate allende las fronteras venezolanas sea cuestión de corresponsal foráneo, ya que como comenta el analista Nícmer Evans, lo más probable es que el venezolano no eche de menos ningún asunto.
"Ha habido un centro de atención importante en la discusión del elemento ideológico, centrado en las propuestas de gobierno. Esto ha forzado a que se hable de temas variados", le dijo Evans a BBC Mundo.
POR: Abraham Zamorano. BBC.CO.UK
ARREGLO FOTOGRÀFICO: ALBERTO CARRERA
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