Marihuana, sanidad y matrimonio gay dominan iniciativas electorales.
Andy Goldberg analiza los dos principales temas sociales que se imponen en la agenda de los candidatos presidenciales estadounidenses. Mientras tanto, ya han votado 17 millones de personas.
Andy Goldberg analiza los dos principales temas sociales que se imponen en la agenda de los candidatos presidenciales estadounidenses. Mientras tanto, ya han votado 17 millones de personas.
Cuando los estadounidenses acudan a las urnas el 6 de noviembre para elegir a su presidente, también tendrán la palabra sobre una desconcertante variedad de 174 iniciativas que giran en torno a temas que van desde la legalización de la marihuana hasta el suicidio asistido.
Este año, el número de propuestas es el más elevado desde 2006, pero está bastante por debajo del nivel de finales de los años 90 y principios de la década de 2000, tal vez porque cada vez resulta más difícil financiar las campañas de recogida de firmas necesarias para que las iniciativas sean aceptadas.
Massachusetts, Montana y Arkansas sacarán a votación iniciativas para el uso terapéutico de la marihuana, mientras que en Colorado, Oregon y Washington se buscará legalizar también el consumo del cannabis para uso recreativo. Una medida similar fue rechazada por poco en 2010 en California, pero los sondeos en Colorado y Washington apuntan a que esta vez podrían ser aprobadas.
Los partidarios y detractores del matrimonio gay trasladarán una vez más su lucha a los votantes, con medidas a favor en Washington, Maryland y Maine, y una propuesta en Minnesota para imponer una enmienda constitucional que defina el matrimonio como una unión de hombre y mujer.
La reforma sanitaria del presidente Barack Obama también encontrará resistencia en las urnas. Los electores en Alabama, Montana, Florida y Wyoming podrán votar sobre iniciativas que se oponen a que individuos o empresas sean forzadas a participar en la nueva ley. Pero incluso aunque estas propuestas sean aprobadas, no tendrán una base legal sólida, pues entran en conflicto con una legislación sancionada por el Congreso.
Las iniciativas electorales han tenido sus mayores repercusiones en Califonia, donde la controvertida propuesta 13, aprobada en 1978, limitó fuertemente el volumen de impuestos que las autoridades podían imponer a las propiedades inmobiliarias y preparó el escenario para la crisis fiscal que el estado viene arrastrando desde hace años.
Varias iniciativas buscan combatir el problema. Con su propuesta 30, el gobernador Jerry Brown busca aumentar temporalmente los impuestos sobre las ventas en general e incrementar el impuesto sobre la renta a los ricos con el fin de equilibrar los presupuestos y evitar recortes en la educación pública.
Su propuesta compite con otra iniciativa del multimillonario Molly Munger, que también prevé un aumento en los impuestos pero busca dedicar todos los ingresos adicionales a la educación.
Los enemigos de la pena de muerte esperan que el electorado acepte su propuesta 34 con el fin de abolir la pena capital en el estado y convertir todas las condenas a muerte pendientes de aplicación en condenas a cadena perpetua sin posibilidad de absolución.
En Massachusetts, por otra parte, se prevé un apoyo mayoritario a favor de una iniciativa que permitiría que los médicos administraran una inyección letal a pacientes terminales.
Las iniciativas electorales son a menudo vistas como un ejemplo de democracia directa en la que los ciudadanos entran en acción en respuesta al estancamiento que paraliza en ocasiones el Congreso en medio de disputas partidistas. Otros, sin embargo, argumentan que los votantes, en la mayor parte de los casos, no están lo suficientemente informados para tomar decisiones razonables.
"Me encanta y lo hago para ganarme la vida, pero al californiano medio no le gusta la política y no quiere pasar el tiempo leyendo todos los folletos sobre asuntos complicados", afirma Barbara O'Connor, una politóloga de la universidad del estado de California, en declaraciones a "Christian Science Monitor".
Otros argumentan que la intención original de las iniciativas de voto -otorgar a los ciudadanos herramientas para cuestionar las leyes estatales- ha sido instrumentalizada por las enormes campañas lanzadas por grupos de intereses para influir a los votantes.
"Se ha convertido en otra herramienta de grupos de interés para conseguir lo que quieren comprándoselo al público", indicó Sherry Jaffe, de la Escuela de Planificación y Desarrollo Político de la universidad del sur de California.
Este año, el número de propuestas es el más elevado desde 2006, pero está bastante por debajo del nivel de finales de los años 90 y principios de la década de 2000, tal vez porque cada vez resulta más difícil financiar las campañas de recogida de firmas necesarias para que las iniciativas sean aceptadas.
Massachusetts, Montana y Arkansas sacarán a votación iniciativas para el uso terapéutico de la marihuana, mientras que en Colorado, Oregon y Washington se buscará legalizar también el consumo del cannabis para uso recreativo. Una medida similar fue rechazada por poco en 2010 en California, pero los sondeos en Colorado y Washington apuntan a que esta vez podrían ser aprobadas.
Los partidarios y detractores del matrimonio gay trasladarán una vez más su lucha a los votantes, con medidas a favor en Washington, Maryland y Maine, y una propuesta en Minnesota para imponer una enmienda constitucional que defina el matrimonio como una unión de hombre y mujer.
La reforma sanitaria del presidente Barack Obama también encontrará resistencia en las urnas. Los electores en Alabama, Montana, Florida y Wyoming podrán votar sobre iniciativas que se oponen a que individuos o empresas sean forzadas a participar en la nueva ley. Pero incluso aunque estas propuestas sean aprobadas, no tendrán una base legal sólida, pues entran en conflicto con una legislación sancionada por el Congreso.
Las iniciativas electorales han tenido sus mayores repercusiones en Califonia, donde la controvertida propuesta 13, aprobada en 1978, limitó fuertemente el volumen de impuestos que las autoridades podían imponer a las propiedades inmobiliarias y preparó el escenario para la crisis fiscal que el estado viene arrastrando desde hace años.
Varias iniciativas buscan combatir el problema. Con su propuesta 30, el gobernador Jerry Brown busca aumentar temporalmente los impuestos sobre las ventas en general e incrementar el impuesto sobre la renta a los ricos con el fin de equilibrar los presupuestos y evitar recortes en la educación pública.
Su propuesta compite con otra iniciativa del multimillonario Molly Munger, que también prevé un aumento en los impuestos pero busca dedicar todos los ingresos adicionales a la educación.
Los enemigos de la pena de muerte esperan que el electorado acepte su propuesta 34 con el fin de abolir la pena capital en el estado y convertir todas las condenas a muerte pendientes de aplicación en condenas a cadena perpetua sin posibilidad de absolución.
En Massachusetts, por otra parte, se prevé un apoyo mayoritario a favor de una iniciativa que permitiría que los médicos administraran una inyección letal a pacientes terminales.
Las iniciativas electorales son a menudo vistas como un ejemplo de democracia directa en la que los ciudadanos entran en acción en respuesta al estancamiento que paraliza en ocasiones el Congreso en medio de disputas partidistas. Otros, sin embargo, argumentan que los votantes, en la mayor parte de los casos, no están lo suficientemente informados para tomar decisiones razonables.
"Me encanta y lo hago para ganarme la vida, pero al californiano medio no le gusta la política y no quiere pasar el tiempo leyendo todos los folletos sobre asuntos complicados", afirma Barbara O'Connor, una politóloga de la universidad del estado de California, en declaraciones a "Christian Science Monitor".
Otros argumentan que la intención original de las iniciativas de voto -otorgar a los ciudadanos herramientas para cuestionar las leyes estatales- ha sido instrumentalizada por las enormes campañas lanzadas por grupos de intereses para influir a los votantes.
"Se ha convertido en otra herramienta de grupos de interés para conseguir lo que quieren comprándoselo al público", indicó Sherry Jaffe, de la Escuela de Planificación y Desarrollo Político de la universidad del sur de California.
POR: MDZOL.COM
ARREGLO FOOGRÀFICO: ALBERTO CARRERA
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